lunes, 18 de febrero de 2013

Donald Ray Pollock- El diablo a todas horas. Una crítica.





Había leído diferentes reseñas sobre El diablo a todas horas y todas ellas prometían un libro interesante. Cuando lo tuve en mis manos y vi la maravillosa ilustración de la portada sabía que acabaría cayendo y que sería pronto. Efectivamente en la 2ª tentativa lo compré gustosamente. También estaba convencido de que esta obra no esperaría demasiado en la estantería y así fue, en cuanto finalicé el que tenía entre manos me abalancé sobre él para devorarlo.

No tenía ninguna referencia del autor, Donald Ray Pollock, tan solo que había publicado un libro de relatos, Knockemstiff, y que esta era su primera novela a los 58 años.

La novela nos cuenta, desde el final de la II Guerra Mundial hasta mediada la década de los sesenta, la evolución e interrelación de una serie de personajes en 2 pequeños pueblos americanos: Knockemstiff (Ohio) y Coal Creek (Virginia Occidental).

Donald Ray Pollock utiliza una prosa ágil que dota a los capítulos de un ritmo vibrante creando un conglomerado muy adictivo. Utiliza un lenguaje crudo, seco y descarnado creando imágenes durísimas y truculentas que provocan incomodidad (incluso otras palabras mayores) en el lector en función de la visceralidad de cada uno. Muestra la violencia sin ningún disfraz y sin socavar en sus causas sino solamente la violencia como  consecuencia o medio para un fin. El ritmo ágil y su atractivo intrínseco provoca que pese a todo no puedas dejar de leer aunque se intente mantener distancia para que ciertos momentos no afecten más de lo recomendable.

El autor ni juzga ni tiene ningún tipo de compasión hacia sus personajes, ya que son consecuencia de la educación recibida y de su propia maldad (El diablo a todas horas). Ellos son simples esclavos de sus actos causados por sus propias pasiones (o pulsiones) que no dejan de ser las motivaciones universales: sexo, dinero y poder. A este cóctel se le añade unas gotas (o botellas) de alcohol, otras de perversión y como aderezo final, la religión y sus diferentes interpretaciones; desde gran instrumento represor hasta la utilización que se hace de ella para el beneficio propio de los que pueden codiciarlo. Todo esto provoca que la mayoría de los mismos sean despreciables, aunque quién es quién para despreciar impunemente?.

Los personajes principales son Arvin Russell y su padre Willard y al avanzar el libro el resto de historias y personajes se interrelacionan con ellos cerrando las diferentes tramas del libro, aunque no siempre estas relaciones sean amigables ni mucho menos deseadas. La enorme maestría del autor reside en el perfecto encaje y ensamblaje de las diferentes historias de los personajes desembocando en un final perfecto, por no previsible, pero que a la vez el mismo cauce de la novela nos lleva irremediablemente a él. Para acabar de cuadrar el círculo la localización del final y la de la escena inicial es la misma poniendo así la última pieza del puzzle que es este maravilloso libro.

Donald Ray Pollock ingresa, con letras doradas, en la categoría de grandísimos autores realistas que transitan por las vertientes incómodas de la vida, cogiendo de la mano a Charles Bukowski y John Fante.

Un libro maravilloso aunque puede que no apto para paladares sensibles.

Como reflexión final, siempre había creído que este país durante la posguerra y las décadas siguientes se estaba muy atrasado con respecto al mundo, especialmente a nivel de creencias. Después de leer este libro, tengo la certeza de que los Estados Unidos no nos llevaban demasiada ventaja al respecto y cualquier telediario me confirma que hoy en día aún están peor que nosotros en niveles de represión y libertad de ideas.


Donald Ray Pollock en la Wikipedia



Recomendación: 

Claramente, este libro y Knockemstiff del mismo autor. 
La Senda del Perdedor de Charles Bukowski y Espera a la Primavera, Bandini de John Fante. 

Escribiendo esta reseña escuché a Stars, Set yourself on FireTambién a Marcel Cranc, Imagina. Me acompañó PJ Harvey, Dry así como los Twillight Singers, Powder Burns. .







Ahora que tengo más perspectiva he de decir que fui un necio y me equivoqué no quedándome el libro la primera vez. Te pido perdón. 

1 comentario:

  1. Una de mis grandes lecturas de este año. La verdad que me gustó su primer libro pero en este se sale, ya desde el principio es todo cruel y cruento... y no puedes levantar la vista. Luego descubres donde nació el autor y aún se torna más significativo.
    Tremendo
    Besos

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