sábado, 6 de mayo de 2017

Los Planetas - Zona Temporalmente Autónoma. Una crítica





La noticia se confirma, nuevo disco de Los Planetas, el grupo referencial del pop-rock indie español. Siete años después de su último larga duración, el flojo Una Ópera Egipcia, y con el único interludio del EP Dobles Fatigas en 2015, entregan por fin su nuevo trabajo, Zona Temporalmente Autónoma. El título hace referencia a los escritos del ensayista Hakim Bey sobre sociopolítica post izquierdista y anarquista.


Por si no fuera poca noticia el nuevo trabajo, el hecho de venir precedida por la publicación de un split conjunto con Yung Beef, uno de los más importantes cantantes trap, así como las pretenciosas y autojustificativas declaraciones del grupo en las entrevistas promocionales, en las que afirman que toda la música popular bebe de palos del flamenco como el rock o el hip-hop, todavía le han dado más notoriedad.


El disco se abre con Islamabad, que es la canción que formaba parte del split citado, y que es una relectura del tema ‘Ready Pa Morir’ de Yung Beef. Consiguen llevar la canción a su terreno regalando una magnífica letra que incluye la estrofa final del tema original, aunque la forma de cantar de J –adoptando patrones trap- ofrece un resultado, como poco, dudoso. Continúa con un triunvirato de insulsas y desalentadoras canciones –Una cruz a cuestas, Soleá y Seguiriya de los 107 faunos- que reinciden en patrones presentes en sus últimos discos: mezcla de inspiración flamenca, psicodelia y space rock, temas atmosféricos, de texturas tan densas y ampulosas como anodinas, tan ralentizados que consiguen hacerse largos y que se confundan entre ellos y sean perfectamente intercambiables con otros de sus dos discos anteriores y nadie se de cuenta. Debemos mencionar la previsible colaboración de Soleá Morente en Una cruz a cuestas que no aporta nada destacable. 


Hierro y Niquel logra rescatarnos del aburrimiento con una base de pop clásico trenzada por un buen bajo y unas bonitas guitarras cruzadas sobre la que J canta inteligiblemente. Con un poco más de fuerza sería una gran canción. A continuación llega Porque me lo digas tu, un tema que es una contradicción: excelente a nivel instrumental en el mejor tono lastimero y melancólico de los granadinos pero lastrado por una letra de nivel de primero de ESO, con ripios sencillamente ridículos (puedes irte con Fernando, puedes ir con José Luís, te puedes ir con Mario, que tú a quién quieres es a mi) y que se balancea peligrosamente entre el amor incondicional y el acoso. De todos modos el disco ya ha tomado una cariz esperanzador que continúa con Libertad para el Solitario, bonito tema en el que destaca el muy cuidado trabajo a las guitarras. El siguiente tema, Gitana, tuerce el rumbo al reincidir en el indigesto space-rock del triunvirato mencionado anteriormente. Seis minutos de chicle desaborido que podría ser tanto cuatro como catorce porque al llegar al final hace rato que el oyente ha desconectado.


Pero no perdamos la esperanza, que el siguiente bloque es el mejor del disco: Ijtihad es un buen tema de power-pop en el que resulta imposible no recordar a The Pixies, tanto instrumentalmente como por la referencia en la letra hacia Isla de Encanta de los bostonianos. Una muy efectiva canción que da paso a Espíritu Olímpico, el mejor tema del disco, claro homenaje a The Cure en un tema delicioso que empieza siendo In Between Days para acabar convirtiéndose en un calco de Friday I’m in love de los de Crawley. En este caso, la colaboración de La Bien Querida ayuda a redondear la canción. El festival pop continúa con la canción que da título al disco, Zona Temporalmente Autónoma; una preciosa canción de amor cotidiano, de la que como mejor cumplido puede decirse que encajaría sin estridencias en su excelente Unidad de Desplazamiento. Amanecer levanta un muro de guitarras para adentrarse en un accesible shoegaze sobre el que J desgrana otra preciosa letra sobre el hecho de estar enamorado.  


Y si el disco terminase en este momento, hablaríamos de un buen disco con momentos prescindibles pero en un alarde de incontinencia siguen con dos temas más: Hay una estrella, un acústico que parece un intento de repetir Un Paseo por el Parque pero peca de monotonía reiterativa. Para terminar se reservan Guitarra Roja, que es una reinterpretación de una guajira libertaria de los años veinte (tirando de Wikipedia, guajira: género derivado del punto cubano que fue adoptado por el flamenco como palo), hasta aquí muy bien pero cerrar el disco con un tema de 10 minutos es una temeridad. Si encima es lineal y repetitiva, solo consigue que se haga interminable provocando una inmensa pereza para futuras escuchas. No es precisamente una nueva La Copa de Europa sino que está destinada a ser una pista ser evitada por el oyente, por no hablar de su letra que nada entre la ingenuidad y el panfleto. 


Los Planetas después de su muy flojo Los Planetas contra la ley de la gravedad (2004) se hallaron en un callejón sin salida ante el agotamiento de su fórmula de éxito. Entonces, inspirados por el excelso Omega de Enrique Morente y Lagartija Nick, quisieron lograr un doble objetivo: iniciar una huida hacia delante y homenajear al maestro, y lo consiguieron en La Leyenda del Espacio (2007). Un buen disco –aunque inferior a Omega- que combinó inspirados temas pop-rock planetarios con coplas que tomaron como base palos flamencos y funcionó, compensando sus momentos álgidos las carencias que tenían. El problema radica en que los granadinos se obcecaron en esta vía y su siguiente disco, Una Ópera Egipcia, con preponderancia de temas “flamencos” fue una castaña a nivel similar al EP Nuevas Fatigas con solo una canción destacable. Desde entonces Los Planetas viven con esta dualidad incluso en sus conciertos: una primera mitad dedicada a su vertiente flamenca en que encadenan temas largos, densos y bastante semejantes entre ellos y una segunda en la que tiran de repertorio pop-rock grandes éxitos, reventando el show y compensando el aburrimiento anterior.


Y qué tiene esto que ver con el nuevo disco Zona Temporalmente Autónoma? Pues que encontramos a Los Planetas reincidiendo en el mismo punto y para dar cabida a esta dualidad presentan un disco desmesuradamente largo, 65 minutos, en el que la mitad de los temas no están a la altura. El disco está claramente descompensado. Emerge hacia su mitad, destacando en los temas pop-rock, especialmente en la secuencia que lleva de Ijtihad hasta Amanecer, pero se ve lastrado por la presencia de minas en forma de canciones. Un poco de autoexigencia traducido en tijera, en poda, se antoja imprescindible. Si se hubiesen suprimido algunas de las canciones que conjugan flamenco y psicodelia y los dos superfluos temas finales, un auténtico Tourmalet, el disco ganaría muchísimos enteros. Además resulta bastante incomprensible que dejen fuera Voy a por Tabaco, cara B del single, cuando es bastante mejor que muchas de las que lo conforman. Puestos a pedir, decirle a J que se deje llevar. Ahora que ha aprendido a cantar parece que se retenga y adopta una cadencia encorsetada. Solo se acelera en Espíritu Olímpico e Ijtihad y resultan ser las canciones más disfrutables. 


A pesar de nuestras palabras, Zona Temporalmente Autónoma es una buena noticia porque sube el nivel de sus últimos trabajos y Los Planetas siguen siendo el grupo más importante e intocable del indie  patrio, amparado por multinacional, con lo que cualquier lanzamiento que realicen seguirá siendo una obra maestra incuestionable y tendrá una fiel legión de seguidores.

ESPÍRITU OLÍMPICO



 ISLAMABAD

HIERRO Y NIQUEL

ZONA TEMPORALMENTE AUTÓNOMA en Spoti


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