Como ya he comentado en alguna
entrada anterior, ir a la biblioteca con el tiempo justo es un error. O se
tiene decidido de antemano los libros que quieres o acabas cogiendo lo primero
que te llama la atención, sin poder disfrutar del momento de rebuscar y elegir. En mi última visita solo disponía de un cuarto de
hora por lo que me encaminé apresuradamente al estante de novedades. Allí, un chico joven miraba con
expresión de tristeza desde la portada de un libro. Su título me sorprendió, Para
Acabar con Eddy Bellegueule (Adéu a l’Eddy Bellegueule en la edición catalana),
y sin tener ninguna otra referencia me lo llevé a casa.
Eddy Bellegueule es un niño de 10
años que reside en un pequeño pueblo de 500 habitantes de la región francesa de
Picardía. Su vida diaria es un infierno. Sus gestos amanerados, su voz aguda,
incluso su inteligencia le convierten en el rarito, el afeminado, el mariquita
del pueblo. Como allí todos los chicos tienen que ser duros, su condición
sexual diferente es un estigma, una marca que solo merece reprobación, escarnio
y violencia, por lo que Eddy es víctima de burlas, descalificaciones y
agresiones de manera continuada.
Vivir en un entorno social
desfavorecido tampoco ayuda demasiado. Sus padres le quieren pero desearían que
su hijo fuese más normal y que no supusiese otro problema que sumar a su
desesperada situación económica. A lo largo del libro (que recorre de los 10 a los 14 años del
protagonista), Eddy toma consciencia de su sexualidad, intentando negarla, ocultarla
e incluso experimenta con chicas con tal de dejar de ser un marginado. Una vez asume
que le es totalmente imposible fingir decide que tiene que dejar el pueblo y la única oportunidad que se le puede presentar será gracias a los estudios.
Éste es el duro argumento de Para
Acabar con Eddy Bellegueule, novela debut y autobiográfica de Édouard Louis. El
autor tiene actualmente 23 años y, pese a su juventud, sorprende positivamente
el tono contenido del libro, sin caer en el sentimentalismo ni cargar tintas ni
lanzar exabruptos sino limitándose a relatar los hechos que conformaron su infancia
y primera adolescencia sin juzgar a los protagonistas en ningún momento. Se
trata de una novela corta, de escasas 160 páginas, pero plagadas de aristas
cortantes que provoca que el lector asista con el estómago encogido a los
episodios de violencia escolar contra él (bullying es una palabra que se queda
corta), se desconcierte ante los primeros escarceos sexuales que se convierten
en hábito y se horrorice ante los episodios de violencia familiar.
Édouard Louis describe a partir
de su historia, la vida en un pueblo pequeño dependiente de una fábrica que da
trabajo a la mayoría de los habitantes del mismo. Narra un ecosistema
asfixiante con una cotidianeidad llena de violencia en que los hombres deben
ser muy duros para demostrar su virilidad, el papel de la mujer es de total
sumisión respecto al hombre, el alcohol está tan presente que su ausencia casi
está mal considerada, el racismo exacerbado es la respuesta a muchos problemas,
la diferencia no se comprende sino que se reprime y la falta de expectativas es
tan implacable que las vidas de sus habitantes no dejan de ser grises réplicas
unas de otras.
El acoso escolar es un elemento tan presente y habitual que incluso Eddy
lo acepta, hasta el punto de acudir voluntariamente al encuentro de sus
agresores para que le humillen y apaleen e incluso se preocupa por sus
agresores si un día no acuden a su espeluznante cita. Esta sumisión a su
condición de diferente y el convencimiento de que merece ser castigado por ello
provoca escalofríos.
En la contraportada describen la prosa
de Édouard Louis como un cóctel de Zola y Dickens, lo que es totalmente cierto.
Podríamos definirla tranquilamente como literatura naturalista, con la
importante diferencia es que la acción transcurre hace escasamente 10- 15 años
en un pueblo de Francia, una de las primeras economías mundiales y no en la
Inglaterra o Francia del S. XVIII. No deja de sorprender y doler que en estos
tiempos de progreso e información no dejen de producirse estas situaciones y no
solo en lugares tan claustrofóbicos como el pueblo descrito. En el norte de
Francia, en Occidente, en la actualidad, ahora mismo. Por desgracia, el caso de
Eddy no es el único sino que es mucho más frecuente de lo que creemos.
Para acabar con Eddy Bellegueule
es una novela triste y devastadora, en la que el tono neutro de la historia
realza la descorazonadora acusación hacia la sociedad occidental en que estamos
viviendo por su falta de educación y de valores.
Impactante debut literario de
Édouard Louis ajustando cuentas con su pasado.
Édouard Louis en la Wikipedia
Édouard Louis
Recomendación:
La fantasía está muy bien pero unas dosis de realismo (aunque no sea mágico) también apetecen y son necesarios. Seguir la carrera de Édouard Louis.
Pensaba que no era una novela sino una especie de testimonio del autor, por eso de que cada vez están más de moda las memorias, la autoficción y demás. Bueno, y por la foto de la portada, que supongo que será el autor (sí, lo es, lo he mirado en Google).
ResponderEliminarBueno, equivocado no estás. No deja de ser su historia, su preadolescencia con lo que se puede decir tranquilamente que es su testimonio, memorias incluso.
EliminarSí que es él, sí.
Abrazo