Pocos relatos en la historia de
la literatura han estado más fagocitados por la película que inspiraron como
¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas? de Philip K. Dick. Hasta el punto
que es más conocido como Blade Runner, el título de la película dirigida por el
gran Ridley Scott en 1982, que por el original. Con motivo del próximo estreno
de Blade Runner 2049 –operación meramente comercial fruto de un Hollywood
escaso de ideas que basa su estrategias en superhéroes, remakes y
continuaciones innecesarias- es el momento oportuno de releer la novela y,
posteriormente, volver a ver la película.
Año 1992, tras la Guerra Mundial
Terminus la Tierra es un planeta devastado sometido a incesantes lluvias de
polvo radiactivo que han llenado su superficie de montañas de basura con
tendencia a ocuparlo todo. Ante este desolado panorama, la mayor parte de la
población ha emigrado a las colonias establecidas en otros planetas,
especialmente en Marte. Como las inhóspitas condiciones del planeta rojo no lo
hacen el lugar más confortable para vivir, se premia a sus colonizadores con un
androide a su servicio para que les ayude a realizar todas sus tareas
haciéndoles la vida más fácil.
Los androides de última
generación, denominados Nexus-6, son idénticos a los humanos y en la mayoría de
casos, más inteligentes. La única manera de detectarlos es mediante la
realización de un test de empatía –ya que carecen de ella-. Precisamente siete
androides Nexus-6 han escapado ilegalmente de Marte para regresar a la Tierra,
siendo detectados en San Francisco por lo que encargan a Rick Deckard
–cazarecompensas de segunda- su búsqueda y eliminación debiendo realizar anteriormente
el test para confirmar su origen artificial y evitar errores.
Con este punto de partida, Philip
K. Dick, nos ofrece una historia de acción y ciencia ficción que transcurre en
una Tierra distópica. Un planeta, como hemos dicho antes, totalmente asolado en
que los supervivientes se agrupan en ciudades decadentes y semi abandonadas,
esforzándose en protegerse de la lluvia constante y el polvo acumulado,
haciendo gala de un resignado individualismo que se traduce en el ansia de
posesión de un animal vivo (debido a las consecuencias de la guerra, la inmensa
mayoría de las especies se han extinguido siendo sustituidas por réplicas
electrónicas). Para llenar el vacío existencial se ha creado una religión -el
mercerismo- mientras la televisión emite continuamente un único programa de
entretenimiento que encanta a la población aunque no tenga ningún tipo de
contenido acertando el escritor en su pronóstico del entretenimiento televisivo
en la futura sociedad moderna.
La lectura de ¿Sueñan los
Androides con Ovejas Eléctricas? es muy dinámica y atractiva ya que el lector
acompaña al protagonista durante veinticuatro horas en su intento de retirar a
los androides (andys), con lo que los sucesos se acumulan de manea frenética. El
personaje de Rick Deckard está muy bien delineado, estando lejos de ser un
héroe. Tiene reacciones primarias, es infeliz en su matrimonio y limitado en su
trabajo. De hecho, le asignan el caso porque el mejor cazarecompensas no está
disponible. Conforme avanza la acción y aumenta su cansancio, las
contradicciones se van abriendo paso en su ideario hasta el punto de llegar a
sentir empatía hacia los andys y dudar de la necesidad y ética de su eliminación
así como de su propia identidad y utilidad.
Philip K. Dick se vale de Deckard
para reflejar el miedo ante la diferencia y, especialmente, las incertidumbres
ante la mecanización que trae el progreso y la deshumanización que comporta. La
naturaleza profética de la misma queda en relieve si tenemos en cuenta que esta
novela se escribió en 1968. Casi cincuenta años después estas reflexiones están
más vigentes que nunca ante el desarrollo tecnológico, el elevado incremento de
la robotización y la inteligencia artificial, el nacimiento y establecimiento
de Internet y las redes sociales que han invadido totalmente nuestro espacio e
intimidad provocando que a pesar de estar permanentemente conectados podamos
estar más aislados que nunca.
¿Sueñan los Androides con Ovejas
Eléctricas? de Philip K. Dick sigue estando plenamente vigente y su lectura
sigue siendo totalmente recomendable ya sea como novela de acción o por su
capacidad de generar preguntas. Simplemente como mención, cabe decir que la
célebre película de Ridley Scott es una adaptación bastante libre del
texto original.
Philip K. Dick en la Wikipedia
Recomendación:
Volver a ver la película de Ridley Scott, comprobando lo justito como actor que es Harrison Ford, antes de ver la nueva Blade Runner 2049.
El trailer de la nueva Blade Runner es de lo más soso; sin embargo, la peli está teniendo unas críticas buenísimas. Yo (fan de Villeneuve) ya tengo el hype subido.
ResponderEliminarLo cierto es que tengo bastantes ganas de verla. Por cierto, Blade Runner me deja más bien frío, igual es que es una adaptación demasiado libre y que Harrison Ford no da la talla.
ResponderEliminarYa comentaremos en sines y noes del último trimestre.