Reconozco que compré Karoo al ver
su bonita portada, el dibujo de un tipo despeinado, sin afeitar y con las gafas
rotas que te mira directamente mientras está sentado sobre un montón de
libretas desparramadas, asomando entre ellas un cerebro, un corazón y una
botella de whisky. Ese aire desafiante a la par que desvalido me conquistó. En
la contraportada se indica que Steve Tesich fue guionista de cine y que falleció
sin ver publicada su novela. Ésta se publicó de póstumamente y obtuvo el éxito
varios años después hasta convertirse en una novela de culto con aura de libro
muy divertido. ¿Les suena? Exacto, el paralelismo con La Conjura de los Necios es
evidente.
Doc Karoo es un reputado reescritor
cinematográfico, un reparador de guiones ajenos, corrige y poda
toda arista y signo de originalidad para amoldarlos a la fórmula de éxito
hollywoodiense, sacrificando talento ajeno en aras de éxito económico. El
dilema moral queda sepultado bajo las enormes cantidades de dinero que le pagan
por su trabajo. Su profesión le ha ayudado a convertirse en un cínico egoísta, un
mentiroso impenitente que bajo su trabajada careta y a base de años, se blinda
del mundo exterior sin querer a nadie hasta el punto de evitar la relación con
su propio hijo.
Este vida sin emociones se ve
alterada con motivo de la reconstrucción (destrozo sería la palabra correcta) de
la última película de un veterano y venerado director de cine. Mientras la está
viendo, Karoo tiene una corazonada que se transformará en certeza y en un
arrebato de humanidad se lanza cuesta abajo a luchar por un sueño, una ilusión,
una utopía que, por primera vez en muchos años, pueda mejorar la vida de
alguien ajeno. Conseguirlo repercutirá favorablemente en su propia vida, hasta
el punto de entroncar con su pasado y reparar viejos errores, dando lugar a un
nuevo y encantador Karoo. ¿Pero podrá este Ave Fénix adaptarse a su nuevo y
feliz día a día después de tanto tiempo?.
El libro se estructura en 3
partes. En la primera, el protagonista naufraga por New York mostrando todo el
repertorio de tics del personaje que él mismo se ha creado. La suma de anécdotas y
situaciones ridículas tendría que ser humorística pero lo cierto es que las 150
páginas de exhibición impúdica se convierten en una lectura pesada y farragosa.
En la segunda parte- el renacido Karoo- la ilusión llena las páginas, el ritmo
narrativo aumenta mientras asistimos a una explosión de sentimientos. Con ello
la lectura se vuelve fácil y adictiva aunque el lector empieza discernir negros
nubarrones sobre el horizonte, nubarrones que el protagonista ni tan solo
intuye. En la tercera parte del libro, las nubes se convierten en diluvio. El
tono se ensombrece y ralentiza, el uso de la tercera persona sustituye la voz de Karoo provocando que la narración se vuelva neutra y tome distancia, potenciada por el uso de imágenes surrealistas que nos llevan al desenlace final. Esta tercera parte torpedea el vuelo que había alcanzado la narración y desconecta ligeramente al lector de la historia.
Steve Tesich fue guionista de
cine y en esta obra lanza una durísima crítica contra la industria
cinematográfica al reflejar el materialismo de un mundo que no duda a devorar a
sus integrantes –y su talento- en pos de una mayor recaudación económica para
seguir alimentando el engranaje. La certera descripción de su profesión, la
hipocresía y banalidad de las relaciones entre los integrantes del mundo del
cine y, especialmente, la descripción y comportamiento del productor exitoso son clarísimos
cartuchos de dinamita contra la industria.
Karoo es un libro entretenido.
Destaca en el conocimiento y descripción de los ambientes propios de la industria aunque le lastra una cierta tendencia a alargar demasiado
las situaciones. De todos modos, el problema principal de la novela estriba en
las expectativas creadas: comparar cualquier libro con La Conjura de los Necios
puede servir como argumento de venta pero difícilmente el libro en cuestión
resistirá la comparación. Los momentos humorístiscos escasean (de hecho, el
tono trágico está muy presente), el absurdo no aparece ya que ha sido vencido
por el cinismo y Doc Karoo deambula y naufraga en su vida por elección propia
mientras que Ignatius J. Reilly no tiene opción, es un cretino redomado que
funciona al ritmo de sus neurosis.
La contraportada dice que Karoo
es uno de las mejores novelas de los últimos cincuenta años, desde aquí no secundamos
–ni de lejos- esta idea aunque acercarse a ella sin expectativas seguro que conllevará
una lectura gratificante.
Durante la escritura de
esta reseña escuché ese terremoto de corta duración pero largo alcance titulado Año Santo de Triángulo de Amor Bizarro, posiblemente uno de los grupos más importantes del rock en nuestro país en los últimos años. También me dejé mecer por la obra de arte de ir por casa que es The Meaning of 8 de los orfebres Cloud Cult.
Steve Tesich en la Wikipedia
Steve Tesich
Recomendación:
Dejarse aconsejar pero también cuestionar las portadas, contraportadas y solapas de los libros que leemos.
Sin ninguna duda: The Meaning of 8 y Feel Good Ghosts de Cloud Cult.
Lo que mas me sorprendió es que tanto en al contraportada del libro, como en el banner que lo acompaña, nos presentan este libro prometiendonos un millón de carcajadas, carcajadas que no encontré por ninguna parte. Desde luego si la historia de Karoo te hace reis tienes un problema. Por los demás, am i me gusto mucho el libro, lo leí sin ninguna expectativa y me encantó!
ResponderEliminarEstic amb tu, lo del tip de riure és totalment fals, salvant que siguis un mal parit que se'n riu de les desgràcies alienes.
ResponderEliminarPer aquí va agradar però no tant com em pensava apriorísticament.
Gràcies pel comentari.
Puer mira, tiene buena pinta. Lo había mirado un par de veces pero no tenía referencias.
ResponderEliminarBesos
Estaré atento a tu crítica. El libro es interesante aunque me esperaba otra cosa, la verdad.
ResponderEliminarIgual me pilló con el pie cambiado.
Besos
Estoy de acuerdo con Ignasi y contigo en que la editorial se equivoca al tratar de vender 'Karoo' como un libro para echarse unas risas. Tiene más de tragedia que de comedia. Pero a mí el principio sí me gusta. Es cierto que es lento y que las escenas se alargan pero el estilo, la voz y el tono del narrador me parecen brillantes. Las conversaciones con la mujer y con el jefe son todas muy buenas. Lo que menos me gustó fue el cambio de narrador en la última parte, precisamente porque se pierde la voz de Karoo.
ResponderEliminarEstamos de acuerdo en que la tercera parte flojea por el cambio de narrador, en cambio a mí la primera parte no me pareció tan brillante. De hecho, se me alargó bastante.
EliminarDe todos modos, lo bueno es la diversidad, está claro.
Saludos
estoy con Ignasi y con Gon en varios aspectos: el libro es mucho más una tragedia que una comedia (si los editores se echaron unas risas tienen un problema); el principio -aunque lento- me resultó sublime, un retrato pincelada a pincelada que me provocó un gran cariño hacia Saul a pesar de tener todas las papeletas que ha de tener una persona para que me resulte odiosa (el poder y la magia de la literatura); y el final fue brusco e inesperado, tanto en trama como en calidad. Quizá una ya ha leído muchos libros, pero ando muy desencaminada si pienso que a Steve Tesich pudieron presionarle para que acabara y entregara el libro?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarComo he dicho anteriormente a mí la primera parte no me resultó tan gratificante aunque en eso reside la magia de la literatura; en la diferente percepción que pueda tener cada uno de una misma historia.
ResponderEliminarNo veo lo de un final precipitado por motivos editoriales ya que Steve Tesich murió repentinamente y el libro ya estaba terminado y no se publicó hasta tiempo después, con lo que posiblemente en la editorial ni lo esperasen. Además que mucho caso no le hicieron después (no fue un éxito hasta que se recuperó en Francia).
Más bien creo que la intención de cambiar la voz de la tercera parte, dejando de ser Karoo para pasar a ser un narrador omnisciente, viene a ser una metáfora del comportamiento del protagonista. Éste emprende un viaje onírico, como representación de su abandono y su dejarse llevar, una travesía que le conduce irremediablemente hacia la nada.
El problema está en que el estilo es muy forzado y rompe el frágil equilibrio conseguido hasta entonces.
Gracias por comentar.
Besos