Dia de Sant Jordi, rebuscando libros entre un montón de hombros, codos y
cabezas me encuentro con una portada que me llama la atención, una chica
durmiendo entre pilas de libros y un título sugerente ”La librería de las nuevas oportunidades”.
Un resorte de mi cerebro salta y impulsa mi brazo haciendo que casi le arranque
la cabeza a la chica de delante con tal de coger el libro.
Una vez en mis manos miro bien la portada, fotón impresionante, y el nombre
de la autora -Anjali Banerjee- (ni
la más remota idea ... aunque lo que pensé realmente fue: ni puta idea). Rápidamente giro la cubierta para
leer la sinopsis: homenaje a los libreros, espíritus rondantes de autores
clásicos, vieja librería polvorienta en una isla, homenaje a la literatura ....
ojiplático que me quedo.
Un libro así es un caramelo que activa las glándulas salivares para el que anhela
tener una librería algún día (ese soñador soy yo, recuérdelo siempre Señorita
Clip).
No lo empiezo a leer el mismo día porque tenía un libro a medias, pero cada
día le echaba una miradita de reojo. La idea de un libro que trata de una
librería en la que los espíritus de los escritores hablan y se aparecen ejercía
sobre mí una fascinación irresistible y creciente. Aunque todo llega y al fin
me enfrento a él.
El punto de partida de la historia es interesante, una mujer totalmente
dolida y desengañada por una ruptura amorosa vuelve a la isla en la que vivió
su infancia y juventud para hacerse cargo de la vieja y polvorienta librería de
su tía durante un mes, ya que ésta debe ausentarse. Esta librería podríamos
decir que tiene un encanto especial.
Y hasta aquí todo lo bueno del libro porque el chorrazo que te pegas al
avanzar la historia es de consideración.
El problema está en que tras esta interesante idea de partida solo hay una novela
rosa tipo Danielle Steel más ridícula y previsible que una canción de Perales. La
autora no se preocupa por hacer comprensibles las motivaciones de la
protagonista y los bandazos que va dando, los personajes secundarios están trazados
de una manera tan borrosa que interesan cero, el punto fuerte de la historia
(los espíritus) se limitan a deambular diciendo alguna frase aleatoria y nada
más y el final de la novela es de vergüenza ajena.
Con decir que mientras leía quería que pasase algo interesante y cada vez
deseaba más que la protagonista se tirase al mar y se acabase su sufrimiento (y
el mío) de una puñetera vez. También pensé en que algún espíritu le tirase
encima una estantería encima bien cargada de libros...
El único personaje interesante de la historia es la tía Ruma (esforzándome
para destacar algo) ya que la protagonista es una cretina de mucho cuidado y el
resto de personajes oscilan entre ser delirantes o totalmente anodinos.
Cuando en una historia puedes prescindir de tantas cosas que no aportan
nada (espíritus, personajes secundarios) y solo te quedas con una historia de
amor tan ridícula que incluso las películas de Meg Ryan empalagan menos, poco
puedes salvar de la novela.
Aunque la adaptación cinematográfica con Sandra Bullock de protagonista
está cercana. Os apuesto lo que queráis (aunque la prota aún podría ser peor,
si es que esto es posible).
No malgastéis vuestro dinero con este libro. Cuando la autora sea un
espíritu y se aparezca en alguna librería nunca recomendará esta bazofia.
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