martes, 31 de marzo de 2020

SALVADOR TÓXICO (con LA BIEN QUERIDA) - EL GRAN VOLCÁN


Mirarte, contemplarte, pupilas dilatadas, anhelo, manos que se buscan, se encuentran. El ansia, ahora lo sé, hambrienta e insaciable. No es solo un buen título. Son tus ojos. Eres tú. Busco cualquier razón, encuentras todos los momentos. Labios marcados. Maratoniano baile de cuerpos incandescentes. Magma desbordante que respira agitadamente para enfriarse, juntos y cerca. El gran volcán.  



Tú, me has enseñado a converitr el agua en vino
me has refugiado en un andén desconocido
me has dado alas y un cordón atado al mío
me has dado electricidad
me he vuelto a erizar

Yo, que me he quitado el pantalón nada más verte
que he trasnochado entre tus sábanas y dientes
a estas alturas debería usar la mente
no hacer el muerto en el mar
pensar en nadar 

Una maratón, todo el día follando, 
bebiendo y fumando sin control
siempre pegado a ti, y te voy respirando, 
besando y penetrando tu corazón 

Sé que si das algo es porque lo esperas por veinte
que si apagas la luz sólo tú puedes verme
y aunque me buscas no termino de entenderte
chocan con la realidad todas tus palabras

    Yo, intento disfrutar de todo lo que cuentas
pero olividamos que el viento sopla en la puerta
así que terminemos ya con ésta historia
no sin antes consumir lo que queda aquí 
     
Solo somos 2 cuerpos incandescentes
que necesitan verse para bajar 
la temperatura
Y nos vamos fundiendo
en un abrazo eterno y el gran volcán
El gran volcán


sábado, 28 de marzo de 2020

GEORGE PELECANOS - DRAMA CITY. Una crítica

Hace ya varios años compré Drama City de George Pelecanos siguiendo la recomendación del librero. Lo que yo no sabía entonces es que George Pelecanos fue guionista de The Wire y Treme (series por otra parte, excelentes). Al enterarme de ello, salió a flote mi creciente aversión a las modas y a los picos de popularidad, estimulada debidamente por una muy televisiva y -¿por qué no decirlo?- horrible portada del libro. Eso provocó su olvido durante unos cuantos años hasta que el otro día reparé en él de nuevo y tuve claro que había llegado el momento de leerlo.

Lorenzo Brown acaba de salir de la prisión, en libertad condicional, tras 8 años en ella. No quiere volver a ingresar y persevera trabajando en la Sociedad Protectora de Animales recorriendo las calles inspeccionando el maltrato animal. Su agente de la condicional, Rachel López, eficaz y eficiente de día, trata de llenar su vacío interior en noches repletas de alcohol y sexo con desconocidos a los que no quiere volver a ver.

Ambos habitan en DC y desarrollan su labor en calles peligrosas. Cuando la tensión se incremente en ellas por una guerra de mafias, su vida y sus firmes propósitos se ven amenazados. Podrán ambos, principalmente Lorenzo, resistir el empuje de la fuerza centrífuga del conflicto y conseguirán evitar recaer al ver amenazados los principios sobre los que quiere fundamentar su futuro?.  

A través de la cotidianeidad de ambos, George Pelecanos nos pasea por ghettos y barrios conflictivos y lo hace con eficacia, utilizando un lenguaje ágil y muy visual (clara herencia de su oficio de guionista), mientras ensambla con naturalidad tramas y subtramas perfectamente ambientadas aunque bien es cierto que la primera mitad acusa falta de cierta fluidez y mejora mucho en la segunda. Los personajes están bien trazados y definidos pero acusan cierta simpleza. De todos modos, el personaje principal no es ni Lorenzo ni Rachel sino que el verdadero protagonista es DC. Puedes llamarlo DC o Washington DC o lo que quieras, pero el acrónimo realmente significa Drama City. Una ciudad que la única oportunidad que ofrece a sus jóvenes de clase baja es vender droga por las esquinas desde la adolescencia. Si tienen suerte y progresan podrán ser recaudadores y, si son lo suficientemente despiadados, llegarán a escalar puestos, ganarán la confianza de sus jefes y pasarán a ser sus ejecutores; los que mantienen el orden mediante la amenaza y el castigo, preparados y dispuestos para estar en primera fila en caso de guerra de bandas. Aunque claro, la carrera es corta y, en la mayoría de los casos, la muerte acecha siendo una suerte que lleguen a la veintena. Es la única opción? evidentemente no. Pero es muy difícil luchar contra la tentación de ganar dinero, llevar buena ropa, conseguir deportivos y poder alardear de todo ello con la única formación y requisito de ser el más duro de todos. 

Drama City es una ciudad que sacrifica a parte de su juventud para mantener el descomunal negocio de la droga (o el juego, o la prostitución, o cualquiera que se quiera imaginar. Siendo esto lo que el escritor realmente nos quiere mostrar, el verdadero tema de la novela) cambiando los jefes de las organizaciones, pero no el destino de sus convencidos y entregados soldados que, a pesar de lo que ellos creen, no son más que carne de cañón con el reloj descontando desde el mismo momento en que pisan sus calles. Ante esto, en las páginas de Drama City subyace una pátina de pesimismo y desesperanza, aunque también deja un pequeño margen para que los rayos de sol atisben entre la tupida capa de nubes. Dicen que la novela negra tiene que denunciar los defectos de la sociedad; si esto es así, entonces estamos ante una novela no negra sino negrísima.

Drama City de George Pelecanos me ha parecido una historia ágil y entretenida, especialmente en su segunda mitad. Refleja la dureza de las calles de las grandes ciudades azotadas por el negocio del tráfico de drogas y la dificultad de revertir el poder de sus mafias. Las críticas le comparan con grandes monstruos como Elmore Leonard o James Ellroy. En mi opinión todavía queda lejos aunque en posteriores lecturas comprobaremos si se les va acercando.

George Pelcanos en la Wikipedia

Recomendación: 
Queda't a casa! Quédate en casa! Stay At Home! y lee.
Profundizar en la obra de George Pelecanos.

Mientras escribía esta reseña he gozado con el inmenso Notre Silence de Michel Cloup, también con la belleza sintética de los suecos The Radio Dept. y su Ruuning Out of Love así como con el extraño atractivo de Blue de Cerulean Veins.

viernes, 20 de marzo de 2020

DARYL GREGORY - LA EXTRAORDINARIA FAMILIA TELEMACUS - L'EXTRAORDINÀRIA FAMÍLIA TELEMACUS. Una crítica



Desde hace tiempo tenía por casa La Extraordinaria Familia Telemacus de Daryl Gregory. Un libro que la verdad no recuerdo cuando ni por qué lo compré, aunque cada vez que veía su preciosa y llamativa portada (en mi caso, en la edición en catalán de La Campana) me entraban ganas de leerlo. En el último mágico momento de elegir lectura, los atractivos cuadros de la tapa me miraron y tuve clara la elección.

Matty Telemacus es un adolescente de catorce años que un buen día descubre accidentalmente que puede salir de su cuerpo y realizar viajes astrales. No debería extrañarle dado que pertenece a la Extraordinaria Familia Telemacus, en la que todos sus integrantes tienen poderes.

El cabeza de familia, Teddy, es un fantástico prestidigitador. Sus tres hijos: Irene (madre de Matty), Frankie y Buddy pueden, respectivamente, detectar las mentiras, mover objetos y ver el futuro. Aunque quien realmente tenía poderes extraordinarios era la abuela Mo, pero una enfermedad se la llevó hace ya muchos años. Podían haber sido una leyenda, los más grandes ilusionistas, pero una desafortunadísima actuación televisiva acabó con su prestigio y algunas décadas después aún no han conseguido levantarlo. De hecho, los tres hermanos, distanciados entre ellos, son incapaces de salir airosos de su existencia cotidiana. Podrá Matty con sus recién descubiertos poderes prestigiar de nuevo el nombre de la familia y de paso cerrar viejas heridas volviendo a unirlos?.

Tras esta sinopsis se esconden muchas cosas; el despertar a la adolescencia de un chico de 14 años; la complejidad de las relaciones a distancia y el sacrificio que puede suponer para uno de los dos si acaba cristalizando, ya que debe dejar atrás su actual vida, pero sobre todo, de lo que nos habla es de la dificultad de vivir siendo diferente y del escollo en la autoaceptación de esta diferencia.

A pesar del párrafo anterior, que nadie piense que La Extraordinaria Familia Telemacus busca trascender ya que el tono de la novela es ligero y para nada pretencioso. Creo que Daryl Gregory pretendía crear una historia simpática y divertida y por momentos lo consigue, aunque el hecho de que su estructura consista en dar voz a todos sus personajes (y son muchos, solo de la familia contamos siete) explicándonos sus propias aventuras -desventuras, mejor dicho- y de que no estén claros los protagonistas principales y los secundarios (bueno sí, siete personajes clave…) provoca una clara sensación de dispersión ya que a las subtramas les cuesta ensamblarse naturalmente en una trama principal. Esta trama principal es endeble y no acaba de definirse; podría ser algo tan simple como que es una familia en que sus miembros tienen poderes, aunque esto sería más bien un punto de partida. Hacia el final de la historia nos damos cuenta de que la novela es tan tramposa como Teddy, el cabeza de familia, ya que percibimos como el escritor ha utilizado trucos, juegos de espejos y toda la imaginería posible durante la narración. 

Es La Extraordinaria Familia Telemacus una pérdida de tiempo? No, tampoco es eso. El planteamiento es interesante y cuenta con personajes atractivos, aunque se ve perjudicada por la falta de un sólido andamiaje que consiga vertebrarla adecuadamente, acusando una cierta falta de densidad, y al terminar la lectura uno no puede evitar pensar que 600 páginas son demasiadas para lo que ofrece. 


Daryl Gregory en la Wikipedia

Recomendación: 
Queda't a casa! Quédate en casa! Stay At Home! y lee.
Mientras escribía esta reseña he gozado con el magnífico A Primitive Trinitas de Iamnoone, el impactante Blue de Cerulean Veins así como rescaté del baúl del olvida la joya llamada Hulahop de Mercromina. 

jueves, 12 de marzo de 2020

Let's Festival: Las Novias y New Model Army 07/03/20

El sábado 7 de marzo el Let’s Festival, junto con la promotora Eclipse Group, ofrecía uno de sus cabezas de cartel: New Model Army en su gira 40th Anniversary, acompañados de unos teloneros tan de culto como la banda zaragozana Las Novias.

Al salir estos últimos al escenario, la sala ya presentaba un buen aspecto quedando claro que el público no solo había venido a ver los británicos. Empezaron con Invicto, el tema que da título a su último álbum de estudio, y Subtitulado. Tras este par de temas, Toño anuncia que van a empezar a meterle brasa; la espléndida Hypnos, la atmosférica y muy disintegration La Bóveda Hundida de las Retinas y la contundente El León Enjaulado constataron sus palabras. A destacar el buen estado de forma de la banda, tanto por la voz de Toño como por las guitarras y su pétrea base rítmica, que continúa tantos años después hermanándoles con el hard-rock de los mejores The Cult.


La parte final empezó con un momento emotivo en la intro de El Sol dentro de ti, seguida por el atronador bajo funkie de No y la presentación de una canción nueva, LF, en la que quieren hacer un homenaje a su juventud y, por ende, a sus orígenes. Por cierto, aprovecharon que el día siguiente era el reivindicativo 8M para dedicarla a las mujeres y reclamando el final de la discriminación de género. 

Y con la novedosa LF terminaron su actuación, 40 minutos que se nos hicieron cortos, muy cortos. Las Novias convencieron a sus seguidores y llamaron positivamente la atención de quien había venido por New Model Army.

New Model Army; 40 años de carrera en los que han lanzado 15 discos de estudio, varios de ellos magníficos. Incluso el último From Here, que presentan en esta gira mantiene más que dignamente el nivel. Podrían hacer como otros y girar con un permanente grandes éxitos, pero esto no va con la banda de Bradford y no dudan en tocar temas tanto de su último disco como de la mayoría de ellos.   

Tiempo de cambio de escenario, cervezas de rigor, expectación y calor creciente, muchísimas camisetas de NMA -y no solo de esta gira- y la Salamandra llena para cuando se levanta el telón dejando ver a Justin Sullivan solo en el escenario con su guitarra eléctrica, empezando a atacar arrolladoramente el himno No Rest sumándose poco a poco el resto de los músicos a la interpretación. Siguieron con las densos e imbricadas Never Arriving y The Weather, del último From Here. En The Charge y sus hipnóticos coros empezaron los pogos de un público entregadísimo. Con el principio a capella de 51st State constatamos el magnífico estado vocal de Justin Sullivan que iba soltando alegatos desde la tierra del Brexit y la sumisión del Reino Unido ante USA. En Stormclouds, cambio generalizado de instrumentos ocupando el bajista Ceri Monger los tambores, para reforzar la percusión y darle el aire tribal que el tema requiere. Ligero descanso en Island y Born Feral, otra vez con dobladas e hipnóticas percusiones, Over the Wire y la bellísima Winter -que da título a su destacable penúltimo disco-. 

Después de esta secuencia de temas más reposados, nos preparan para lo que vendrá caldeando el ambiente con el estribillo casi pop de Where I Am, seguida por una arrebatadora Purity que convierte la sala en un karaoke con todo el público cantando a grito pelado “This purity is a lie”. Nivel de intensidad ascendente con el folk electrificado de Green and Grey (y las memorables caras de felicidad de los asistentes cantando). Si tras estos dos monumentos hechos canción enlazan con Stupid Questions, la fiesta está más que garantizada. Ya hace un buen rato que el pogo se ha apropiado de las primeras filas (por cierto, hacer pogos sin camiseta es asqueroso, una guarrada. No te hace más hombre, te convierte en un cerdo. ¿Por qué tengo que aguantar tu sudor, babosa inmunda?). La fábrica de himnos ya no acepta parones y para el último tema todavía logran incrementar la velocidad con la bélica Here Comes the War llevando al público al paroxismo de puño en alto. 

Parón para recuperar oxígeno, recomponer las diezmadas primeras filas y pedir incansablemente los ansiados bises. Justin no se hace esperar demasiado y acomete en solitario la mítica Vagabonds acompañado por el público coreando los violines. Con la banda al completo interpretan la trepidante Poison Street que sirve de puente para llegar al final del concierto con la esperadísima I Love the World (5º rescate del descomunal Thunder and Consolation) que convierte la sala en una fiesta, un desparrame, una misa pagana oficiada por el predicador Justin y sus New Model Army ante unos asistentes totalmente entregados con sus bailes y pogos desde hace muchos minutos, pilars de tres incluídos. Ante la insistencia y el griterío vuelven a salir para premiarnos con la frenética e infecciosa Betcha (desde su primer disco, el lejano Vengeance) prolongando durante dos minutos y medio el frenesí de los asistentes. 

Solo había que mirar las caras de felicidad del público para ser conscientes del enorme concierto que nos ofrecieron New Model Army. Justin Sullivan ha demostrado que, aparte de estar muy en forma, es un tipo inteligente, se ha rodeado de músicos jóvenes y efectivos para poder conmemorar los 40 años de carrera de NMA, con un repertorio compuesto por un ramillete de temas mayúsculos que distribuye más que acertadamente en el setlist, ofreciendo un espectáculo memorable. Gran noche la que nos ofrecieron ambas bandas.