domingo, 28 de julio de 2013

The Strokes- Comedown Machine. Una crítica.




Ya tenemos aquí Comedown Machine, el 5º álbum de The Strokes, 12 años después de Is this It, disco que junto al primero de Franz Ferdinand y, posteriormente, el debut de Arctic Monkeys , explican buena parte de la música que hemos oído estos últimos años y han sido el referente que han seguido (o emulado) infinidad de bandas.

Lo cierto es que la publicación del álbum me ha pillado un poco de sorpresa y los medios de comunicación tampoco se han hecho demasiado eco de ello, clara señal de la posición actual que ocupa la banda neoyorquina.

El disco empieza con un guitarrazo similar al de Prince en el famosísimo Like a Prayer de Madonna, para abrir Tap Out, canción que tiene ritmo y cadencia beat y luego... - qué le pasa a Julian Casablancas en la voz? eso es un falsete? vaya manera de destrozar una canción.

La siguiente es All the Time, donde recuperamos a los The Strokes más clásicos con guitarras compactas, buena percusión y Julián Casablancas cantando aceleradamente. Muy buena canción.

One Way Trigger, empieza oscilando entre la fina línea que separa un teclado juguetón o la consecuencia de haber escuchado demasiado a Camela. Cuando el falsete se apodera de la canción esta se echa a perder de manera irremediable.

En Welcome to Japan, la canción parece que tenga un aire ligeramente funky aunque lo que consiguen es un tema anodino y autocomplaciente con unos coros ciertamente ridículos.

80’s Comedown Machine se inicia con un original teclado envolvente pero mantenerlo como base de la canción durante 5 minutos la convierte en lineal y aburrida.

La sorpresa llega con 50/50, plagada de guitarras ledzeppelianas consiguiendo un tema urgente y desbocado que provoca que se nos descontrolen los pies siguiendo su ritmo. El mejor tema del disco sin ninguna duda.   

Después del punto álgido del disco vienen tanto Slow Animals como Partners in Crime que no son malas canciones pero son bastante planas, dan la sensación de estar hechas con el piloto automático.

Chances, en ésta canción Julian Casablancas se luce con un falsete en el que pretende imitar al Bono más repulsivo y, lamentablemente, se queda muy cerca. Una canción horrenda

Happy Endings, ................ creo que me he dormido con esta canción. Lo mejor el título, a ver si se acaba!. Ah no, que queda Call It Fate, pero esto qué es? de vergüenza ajena.

Reconozco que después de los últimos discos de The Strokes había perdido la esperanza de que publicaran un LP a la altura de los 2 primeros pero hasta en el anterior, Angles, aún mantenían el tipo. En cambio, en este Comedown Machine la bajada de nivel es espectacular.

A pesar de lo anteriormente expuesto, el disco contiene varias buenas canciones; 50/50 es fantástica, All the time está casi a la altura de las de sus mejores discos e incluso salvaríamos Slow Animals. Pero la losa que supone el uso y el abuso del falsete,  la sensación de que varias canciones están hechas con el piloto automático y las 3 horrorosas últimas canciones confirman la cuesta abajo de The Strokes y la nítida sensación de que los tiempos pasados en que eran referentes quedan lejos, muy lejos.

Aunque con las escuchas el disco va ganando (en la primera me pareció un horror) este Comedown Machine es disco condenado a pasar al olvido en poco tiempo. Alguien tendría que decirle al grupo que lo suyo son las canciones urgentes y aceleradas plagadas de guitarras y llenas de ritmo. Las aperturas hacia el funky o algún ritmo beat no acaban de adaptarse bien a la forma de cantar de Julian Casablancas y la utilización desmedida del falsete parece más bien una broma (o apuesta) cómplice con el título del disco.

ALL THE TIME




80's COMEDOWN MACHINE


50/50



COMEDOWN MACHINE EN SPOTIFY

jueves, 18 de julio de 2013

El Hombre Burbuja- Mejor Fuera

El Hombre Burbuja fue un grupo que estuvo activo a finales de los años noventa y principios del nuevo siglo. Nunca tuvieron un reconocimiento masivo a pesar de que sus 3 discos son absolutas maravillas, especialmente La Paz está en las Matemáticas, plagados de efectos, experimentos y capas de instrumentación sobre las que destaca poderosamente la profunda voz de Julio de la Rosa cantando, recitando o susurrando unas letras crípticas dotando al conjunto de un poderoso aire enigmático.

La banda se acabó disolviendo en 2002 y con el tiempo ha adquirido un cierto status de grupo de culto. De sus integrantes solo he seguido la pista a Julio de la Rosa, que sacó un fantástico y maravilloso primer LP titulado M.O.S. (a mi entender de los mejores discos de la historia de la música pop española) inicio de una carrera que ha ido decayendo y bajando un escalón con cada nuevo trabajo publicado hasta convertirse en otra cosa que no mantiene ninguna relación con los geniales El Hombre Burbuja.


Vuelvo a ser tu hamster,
qué hay alrededor?
Duele más que antes,
es esto tu amor?

Me vuelvo a perder,
y aunque no lo intento
sé que fuera estoy mejor.
Parece no haber un remedio a corto plazo para tu obsesión.
Yo ya no sé, ya no sé, ya no sé, si engañarme o rendirme.

Pon más de tu parte,
tu premio es mejor.
Vas a hacerme daño,
qué sacaré yo?

Me vuelvo a perder,
y aunque no lo intento
sé que fuera estoy mejor.
Parece no haber un remedio a corto plazo para tu obsesión.
Yo ya no sé, ya no sé, ya no sé, si acostarme o vestirme.

Te ofrezco la seguridad de volar como turistas,
te ofrezco tu visión igual pero disfruta las vistas,
me ofrezco y sólo pido un gesto de superación,
no te falles.

Así que un detalle más,
no me gustan las repisas.
Tendrás que tratar mejor a ese enfermo inconformista.
Ya sabes que tu miedo a sentir este dolor te hace daño.

Me vuelvo a perder,
y aunque no lo intento
sé que fuera estoy mejor.



martes, 16 de julio de 2013

Tom Sharpe- L'Herència de Wilt. Una crítica.



A raíz de la muerte del escritor británico Tom Sharpe me propuse hacerle un pequeño homenaje leyendo algún libro suyo y, precisamente, tenía en un estante L’Herència de Wilt, último libro publicado por el autor.

Tratándose de otro nuevo libro de la serie de Henry Wilt y habiendo leído 3-4 de ella,  ya contaba con que la capacidad de sorpresa sería mínima pero aún así un tributo es un tributo.

En esta ocasión la queridísima esposa de Wilt, Eva, está encantada de la vida cuando conoce a una aristócrata –Lady Clarissa Gadsley- y más todavía cuando se hace amiga suya y al presumir de su marido profesor universitario consigue que ésta le quiera contratar para dar clases particulares al zopenco de su hijo con la finalidad de que consiga entrar en la Universidad de Cambridge y así seguir la tradición de su familia. Si además la cantidad pactada es un auténtico dineral y, por añadidura, consigue casa para las vacaciones para toda la familia (una mansión en la campiña) entonces el planteamiento es perfecto para las ambiciones de Eva y sus ansias de codearse con la nobleza.

Completando el cuadro, las maravillosas hijitas del matrimonio Wilt –cuatrillizas, casi nada- son ya adolescentes, terroríficas para más señas, y causan una retahíla de desastres por donde pasan (cuál Atila campando a sus anchas por los exclusivos colegios ingleses) teniendo sus padres serios problemas para evitar que las expulsen de las escuelas a las que vayan por muy caras y elitistas que estas sean.

Y precisamente los problemas económicos motivados por la elevada factura del colegio de las niñas son los que hacen aceptar el trabajo a Wilt a pesar de que no le apetece nada la emboscada que le ha tendido su esposa.

Cuando nuestro protagonista llega a la mansión, siguiendo el camino que más que llevar a ella parece querer disuadir a los visitantes, y comprueba que es un edificio sencillamente horroroso empieza a sospechar que no será una empresa fácil. Sospechas que se verán que se verán acrecentadas cuando percibe que el matrimonio Gadsley se odia profundamente, que el interés de la Sra. Gadsley por Wilt no se circunscribe al apartado meramente docente y que el alumno que le encomiendan, Edward, es un auténtico zoquete al que solo le interesan las armas y poderlas disparar así como la animadversión que despierta el nombre Gadsley en el pueblo vecino.

Cuando entran en acción Eva y las cuatrillizas la trama se enreda de manera progresiva hasta desembocar en una serie de situaciones confusas típicas de la escritura del autor.

Tom Sharpe en esta obra vuelve a tocar alguno de sus temas habituales: las críticas a la alta sociedad inglesa (el juez autoritario y con perversiones varias, la esposa ninfómana y alcohólica, el mantener las apariencias por encima de todo, el servicio cotilla muy a su pesar), el modelo de enseñanza británica tanto contra las exclusivas universidades como sobre los centros más accesibles y la ineficacia de la policía que asiste desorientada y estupefacta a los enredos que se generan alrededor de la familia Wilt.


L'Herència de Wilt es un libro que se lee con facilidad y es ameno aunque la falta de sorpresa provoca que sea un tanto anodino y poco memorable. De todas maneras las reflexiones de Henry Wilt y determinadas situaciones desternillantes, sobre todo provocadas por las niñas, bien valen la lectura de este libro.

Su lectura es ideal para una tarde de verano tirado en una tumbona y con un buen refresco al alcance de la mano, con ella no cambiaremos el mundo pero pasaremos un buen rato.

Tom Sharpe en la Wikipedia


Recomendación: 
Si se es un profano en Tom Sharpe empezar por el auténtico clásico, Wilt, y avanzar por la saga. Otros del autor: Reunión Tumultuosa, Exhibición Impúdica, Vicios Ancestrales.
En un tono similar otro grande: Arto Paasilinna.

Otra más genérica: disfrutar de las pequeñas cosas.

Escribiendo esta reseña escuché Tara, Motor, Hembra de Nudozurdo, Yank Crime de Drive like Jehu así como Europe de Allo Darlin.

jueves, 4 de julio de 2013

Tuxedomoon- In a manner of speaking


In a manner of speaking
I just want to say
That I could never forget the way
You told me everything
By saying nothing

In a manner of speaking
I don't understand
How love in silence becomes reprimand
But the way that I feel about you
Is beyond words

O give me the words
Give me the words
That tell me nothing
O give me the words
Give me the words
That tell me everything

In a manner of speaking
Semantics won't do
In this life that we live, we only make do
And the way that we feel
Might have to be sacrified

So in a manner of speaking
I just want to say
That just like you I should find a way
To tell you everything
By saying nothing.

O give me the words
Give me the words
That tell me nothing
O give me the words
Give me the words
Give me the words