En las entrevistas promocionales han especificado los motivos de la renuncia: un cierto desencanto ante el circuito musical; la dificultad de compatibilizar la dedicación a la música con la vida profesional; la complejidad de mantener un grupo con integrantes viviendo en distintas ciudades y las obligaciones familiares impuestas por la vida adulta. Uno de los motivos esgrimidos ya se ve plasmado en esta entrega ya que su creación ha recaído totalmente en la pareja formada por Lolo Lapón y Saray Botella, ayudados por Ferrán Resines y Cristian Pallejà a los mandos y arreglos varios, mientras que el magnífico diseño gráfico ha ido a cargo de Mapi Pérez.
En este Parte 1. La Vida Adulta (le llamaremos así para abreviar) Hazte Lapón da otra muestra de su abundante variedad estilística, siempre orbitando alrededor el pop-rock y un poco como Klaus & Kinski, su gran referente, que no dudaban en meterse en charcos como el folklore o la copla. En esta entrega encontramos desde el desarrollo indie-pop épico a lo Arcade Fire de la inicial La Bolsa o la Vida, pasando por el rock noventero de guitarras agresivas siguiendo la estela de Pixies, Superchunk o Dinosaur Jr. en La Vida Adulta, el piano clásico que vertebra El Punto Ciego, el picoteo en el lo-fi y la americana con aroma a Will Oldham, Kurt Vile o Bill Calahan de la parte central del disco (Carrusel, Las Mujeres que no amaban a los hombres, Como Vera y Vladimir o Walter Disney Corp), sin olvidar el rock indie noise de Suiza o Fantasías Brutalistas. Cabe mencionar que en esta última Saray actúa como vocalista principal por única vez en toda la entrega. Como ya ocurría en su trabajo anterior, uno de sus grandes méritos es integrar todas las referencias mencionadas (sumando a Fernando Alfaro en todas sus manifestaciones, el indie planetario, Magnetic Fields, la cotidianeidad de Manos de Topo y Vainica Doble, entre otros) consiguiendo un sonido propio, rico y distintivo.
En este Parte 1. La Vida Adulta (le llamaremos así para abreviar) Hazte Lapón da otra muestra de su abundante variedad estilística, siempre orbitando alrededor el pop-rock y un poco como Klaus & Kinski, su gran referente, que no dudaban en meterse en charcos como el folklore o la copla. En esta entrega encontramos desde el desarrollo indie-pop épico a lo Arcade Fire de la inicial La Bolsa o la Vida, pasando por el rock noventero de guitarras agresivas siguiendo la estela de Pixies, Superchunk o Dinosaur Jr. en La Vida Adulta, el piano clásico que vertebra El Punto Ciego, el picoteo en el lo-fi y la americana con aroma a Will Oldham, Kurt Vile o Bill Calahan de la parte central del disco (Carrusel, Las Mujeres que no amaban a los hombres, Como Vera y Vladimir o Walter Disney Corp), sin olvidar el rock indie noise de Suiza o Fantasías Brutalistas. Cabe mencionar que en esta última Saray actúa como vocalista principal por única vez en toda la entrega. Como ya ocurría en su trabajo anterior, uno de sus grandes méritos es integrar todas las referencias mencionadas (sumando a Fernando Alfaro en todas sus manifestaciones, el indie planetario, Magnetic Fields, la cotidianeidad de Manos de Topo y Vainica Doble, entre otros) consiguiendo un sonido propio, rico y distintivo.
Tras este título ligeramente pretencioso encontramos un disco conceptual que da vueltas sobre la aceptación de la llegada de la madurez – la “vida adulta” del título- y el abrazo de las responsabilidades aparejadas dejando atrás periodos más disolutos. Todo esto encuentra reflejo en textos como en “hay algo que se estructura como una nueva cotidianeidad” referido a la reciente paternidad en La Bolsa o la Vida o en La Vida Adulta “los viejos conceptos se tambalean, las nuevas lenguas se balbucean”. El miedo a la incertidumbre y la muerte reflejado magníficamente en Sabes la Noche. Las responsabilidades en “estamos solos, solos los dos” en El Punto Ciego y el dejar atrás la eterna juventud y tomar decisiones en aras de una estabilidad: “ya he decidido con quién quiero estar toda mi vida, no me hagas ahora cambiar de planes” en Fantasías Brutalistas o el “Como Véra y Vladimir” en la canción del mismo nombre, sirviéndose de la metáfora del matrimonio Nabokov como imagen de relación duradera en la que el hombre se apoya en la mujer. Mención aparte para el título Las Mujeres que no amaban a los hombres que explicita el miedo masculino a perder a la mujer de la que dependen y que, además de jugar con el título inicial de una famosa saga de novelas, cierra el círculo con el Tu Siempre Ganas del título. A toda esta temática lírica, le suman una serie de referentes en el mundo lapón como podría ser la obra literaria de Nabokov, Francis Scott Fitzgerald, Tesla, Walt Disney y la psiquiatría para acabar de conformar su imaginario.
Tu Siempre Ganas. Parte 1. La Vida Adulta (Instrucciones de Uso) es otra gran colección de canciones acertadas, con unos textos brillantes e inteligentes, casi insolentes por su precisión y aparente sencillez. Desde Urano destacamos temas como La Bolsa o la Vida, Suiza, La Vida Adulta o Walter Disney Corp aunque el conjunto se resienta ligeramente de una excesiva languidez que se supera por sus magníficos textos. Esta entrega supone un nuevo aldabonazo en la trayectoria de un grupo especial, singular por su imaginario calidoscópico e inteligente, clave en el pop de los últimos años y al que echaremos muchísimo de menos. Aunque para lamentarnos de esto esperaremos a escuchar la segunda entrega de su testamento.
LA VIDA ADULTA
WALTER DISNEY CORP.
SUIZA
Tu Siempre Ganas. Parte 1. La Vida Adulta (Instrucciones de Uso) en Spoti
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