lunes, 27 de diciembre de 2021

COLSON WHITEHEAD - ELS NOIS DE LA NICKEL / LOS CHICOS DE LA NICKEL. Una crítica

El ascenso a la fama de Colson Whitehead ha sido espectacular después de recibir 2 veces el Premio Pulitzer en tan solo 4 años: en 2017 por El Ferrocarril Subterráneo y el año pasado por Los Chicos de la Nickel. Se une así a un club formado por tan solo otros 3 autores: William Faulkner, Booth Tarkington y John Updike. Reconozco que desconocía estos galardones cuando compré el segundo de ellos por la recomendación de un amigo al verlo expuesto en La Irreductible. Al no haber leído tampoco El Ferrocarril Subterráneo ni ninguna de sus obras anteriores, Los Chicos de la Nickel sería mi primer encuentro con Colson Whitehead.

Elwood Curtis es un niño de 9 años de raza negra. Vive con su abuela en Tallahassee (Florida). Por Navidad recibe un regalo que marcará su vida: el disco Martin Luther King at Zion Hill, repleto de los discursos del reverendo que influirán enormemente en su conducta y pensamiento. En un lugar en que la segregación es tan marcada y los jóvenes negros tienen un futuro muy complicado, Elwood destaca por su formalidad. Es un chico serio e inteligente, con un elevado sentido de la justicia, que estudia y trabaja y está muy concienciado en la lucha por los Derechos Civiles de los de su raza.  

Al terminar la secundaria, sus profesores le ofrecen un programa para estudiar gratis en la universidad. Lo que tendría ser el primer día del portal de acceso a una vida mejor se convierte en el principio del infierno: Elwood hace autostop para asistir a la universidad y le para un tipo con un coche robado. La policía les intercepta, consideran cómplice a Elwood y este, a pesar de ser inocente, acaba en un reformatorio: la Academia Nickel. Allí Elwood no es más que un delincuente más, siempre a expensas de no quebrantar ninguna norma y del caprichoso juicio de los guardianes. Conseguirá el protagonista cumplir su condena sin incidencias y sin que le pase factura el resto de su vida?.   

Para empezar a hablar del libro cabe decir que Tallahassee es la capital del estado de Florida y, según la Wiki, la única capital de estado que no fue tomada por las fuerzas de la Unión durante la Guerra de Secesión. Si hoy en día existen casos claros de racismo por parte de la autoridad (la mera existencia del movimiento Black Lives Matter es un claro síntoma de ella) que podía valer la vida de un negro (de color, afroamericano, no blanco -utilizad la expresión que os de la gana, no es relevante para esto-) en una ciudad sureña en los años 60?. Y si este individuo era un preso?. La respuesta es más que evidente.

Seré redundante: Los Chicos de la Nickel denuncia la situación de racismo endémico, sistémico que se vivía en los Estados Unidos en esos años y que, desagraciadamente, no solo no se ha superado, sino que gracias a políticas como las del anterior inquilino de la Casa Blanca parece que se hayan acrecentado. Junto al racismo, Colin Whitehead, acusa claramente al sistema penitenciario americano -estamos hablando de reformatorios- en que los dirigentes y guardianes tenían poder total y absoluto sobre los internos, incluso sobre sus vidas, recurriendo de manera habitual a abusos, castigos y palizas desmesuradas. En la historia se reflejan no solo las muertes injustificables que se producen sino también los traumas físicos y psicológicos que padecieron muchos de los internos imposibilitandoles llevar posteriormente una vida normal.

Parezco exagerado? Tengo claro que no, pero si alguien duda quiero recordar que los personajes y la localización de la academia Nickel son ficticios, aunque Colin Whitehead se inspira en los hechos reales acaecidos en la Dozer School for Boys de Marianna (Florida), lugar en el que en 2014 se llegaron a desenterrar 80 cadáveres de internos del centro. No está de más resaltar el enorme cinismo de las autoridades al llamar escuela a un lugar semejante además de las décadas de hacer la vista gorda sobre lo que ocurría en estos reformatorios convertidos en lugares de castigo.

Los Chicos de la Nickel tiene 245 páginas (en la edición en catalán de Edicions del Periscopi que poseo y que cuenta con la traducción de Laia Font i Mateu) que se leen con gran facilidad. El ritmo fluido de la acción y que la narración transcurra de manera continuada, con algún salto temporal al presente que no lastra en absoluto el ritmo de la historia, contribuyen a ello. De hecho, la lectura avanza con tanta facilidad que, a veces, vale la pena parar para reflexionar sobre lo que está denunciando el escritor con sus palabras. Y la novela también tiene golpes de efecto y sorpresas que, evidentemente, no tengo ninguna intención de desvelar.

Brian Keene, en el prólogo de la magistralmente devastadora La Chica de al Lado del siempre reivindicable Jack Ketchum, dice que la narración ha de tener sentimiento, tiene que transmitir emociones y ahí está el único pero – a mi entender – de Los Chicos de la Nickel; requiere una mayor emoción. Narra unos hechos atroces, injustos y totalmente reprobables, aunque lo hace con un exceso de asepsia. Falta dolor, desgarro, falla en la transmisión del horror y atenúa el impacto turbador que debería producir en el lector. En resumen, falta sentimiento. Posiblemente sea porque el escritor no quiere que un exceso de detalle en los castigos pueda desvirtuar el leitmotiv del libro: la denuncia del racismo existente a todos los niveles. Este pequeño pero es lo que diferencia a Los Chicos de la Nickel de ser un libro más que interesante y con calado a ser un libro referencial, una narración memorable. Aunque bueno, le han dado un Pulitzer e igual el equivocado soy yo.

Los Chicos de la Nickel de Colin Whitehead es un libro más que interesante, tanto por estilo como, especialmente, por la denuncia intrínseca del racismo existente en la sociedad americana que, desgraciadamente, sesenta años después todavía no ha desaparecido y no parece que esté demasiado cerca de hacerlo. Explicito americana, pero deberíamos reflexionar si el racismo se circunscribe solo a este territorio. Un nuevo paso adelante de un escritor que anda con paso firme en la literura americana contemporánea.

Colin Whitehead en la Wikipedia 

Colin Whitehead    

Recomendación: 
Lógico, leer El Ferrocarril Subterraneo.
Leer este enlace sobre Dozier School for Boys

Mientras escribía esta reseña he disfrutado del espectacular Turboviolencia de VVV Trippin'You,  un disco excepcional destinado a ser referente; los intrincados y laberínticos surcos de El Castillo Interior de Pumuky y el chispazo afterpunk de Los Yolos y Consejo (2 bandas muy nuevas y muy desconocidas). Una compañía sustancialmente alegre y risueña.

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