Al posar la vista en el estante
de libros del atiborrado estudio reparé en el título de uno de ellos, Subsuelo,
para recordar que me lo habían regalado un tiempo atrás y ahí se quedó,
olvidado, esperando su momento. Buena prueba de mi ignorancia es que no tenía ninguna
referencia del mismo ni de su autor, Marcelo Luján, pero su atractiva sinopsis
y la relación de premios de la vitola me impulsaron a elegirle para ser la
próxima lectura.
Una calurosa noche veraniega en
la sierra madrileña. Dos adolescentes mellizos, chico y chica, y un amigo algo
mayor. Un flirteo incipiente. Un encargo familiar; ir a buscar hielo a la
gasolinera vecina. Una imprudencia al volante y la tragedia, acechante, que
sucede cuando menos se la espera. El drama y sus terribles consecuencias que
empeorarían si aflorase un secreto sobre el accidente. Una vida de sumisión al chantaje
para impedirlo. La semilla del odio que crea tumores familiares que crecen
amenazando con desbordarse. Y lo harán, irremediablemente, porque la fuerza del odio puede con todo.
Antes he hablado de los premios
ganados por Subsuelo y no deja de sorprenderme que sean todos de novela negra.
Bien es cierto que con el auge y popularidad alcanzada por el género en los
últimos años, sus límites se han difuminado y se utiliza el término con mucha
alegría, pero aún así pienso que Subsuelo tiene mucho más de thriller
psicológico que no de novela negra. Cierto es que hay algún muerto e incluso un
plan “perfecto” pero seguimos sin tener clara que esa clasificación sea
acertada.
Marcelo Luján sabe provocar el
interés del lector, no le da evidencias sino que juega con él suministrándole la
información poco a poco, siempre con la sensación de que guarda alguna carta oculta (de ahí la
sensación de thriller psicológico). En el capítulo inicial, llamémosle el
desencadenante, los personajes ni siquiera tienen nombre limitándose a ser la
chica morena, el chico rubio y el chico moreno. El uso por parte del escritor
de frases cortas con continuos puntos y seguidos, dotan a la narración de un
ritmo ágil y tenso que fija la atención del lector al lograr una sensación de
inminencia ante unos acontecimientos imprevistos. Como consecuencia de todo
esto, el arranque, el punto de partida –el capítulo inicial- es brillante y genera
un rápido enganche a la historia provocando elevadas expectativas. A partir de
aquí la estructura del libro alterna el presente con la noche en que se produjo
la tragedia, volviendo a ella en forma de círculos concéntricos y con cada
anillo o vuelta el escritor revela nuevos detalles, libera nueva información
para una mejor composición de la escena. También me parece destacable el uso de una metáfora tan apropiada como las hormigas bajo la tierra como símil de los problemas y diferencias enquistadas dentro del seno de la familia.
Pero precisamente esta estructura
revoloteadora sobre el punto de partida acaba siendo el mayor lastre de la
novela, produciendo una cierta sensación de reiteración que no logra mitigar el
resto de la historia, al no estar a la altura del deslumbrante inicio. La prometedora
sensación de inminencia no logra verse culminada con el desenlace de la
narración, la historia se agota, el globo se deshincha, no da más de sí como
para darle tantas vueltas lo que provoca un cierto cansancio. Cuando llega el
final catártico, el lector se ha desenganchado de la historia. A ello también contribuyen
unos personajes desenfocados, recurso inicial del escritor pero en ningún
momento se profundiza demasiado en las motivaciones de su comportamiento.
A pesar del párrafo anterior,
Subsuelo no es una mala novela, en absoluto tal y como atestiguan los premios
recibidos, tan solo que en mi caso no termina respondiendo a las elevadas
expectativas que despierta su prometedor inicio.
Marcelo Luján en la Wikipedia
Marcelo Luján
Recomendación:
No hacer demasiado caso de las vitolas de los libros. Todos ellos serían obras maestras y nos aburriríamos mucho ante tanta calidad y perfección.
Durante la escritura de esta reseña escuché Els Afores, el decidido afianzamiento pop de Renaldo & Clara, también el magnífico Sedición del crepuscular Pablo und Destruktion así como el oscurísimo Mirror Being de The KVB.
Subsuelo, vemos. Lo que me gustó del libro fue el narrador que consigue darle un toque especial a una historia más bien soseta. La trama es cierto que sorprende, por lo simple, cuando la novela ha sido tan vitoreada. El libro inquieta, porque echa mano de un narrador casi estático que relata los momentos de una forma atronadora. En resumen: me gusta el narrador
ResponderEliminarBesos
A mí también me ha sorprendido las críticas elogiosas del libro, sobre todo porque la historia no da más de sí -el soseta que tu dices-. Lo que me ha gustado el es diferente cambio de tono que utiliza, que vendría a ser lo que te ha gustado a ti, el narrador.
EliminarBesos
Me has quitado la ilusión que tenía de leer el libro... Pero aprovecho que se habla de novela negra para decirte que, siguiendo tu recomendación, me he leído Te quiero porque me das de comer y me ha encantado.
ResponderEliminarUna barbaridad el Te quiero porque me das de comer, sí señor. En cuanto a Subsuelo te dejaría a medias, estoy seguro. Ahora hay que ir a por Madrid: frontera de David Llorente, que todavía no lo he cazado.
ResponderEliminarAbrazo.