It feels like a hundred years.
A veces se me aparecen en el umbral entre el sueño y la vigilia, vienen hacia mí y ya no estoy solo.
Ses coses no són fàcils per ningú dins aquest iglú tan descongelat.
The one and only time I ever saw Toxic Boy cry was when some sodium chloride got into his eye.
La gente necesita conocer tu opinión de mierda.
Creo que hubo un tiempo en que
pretendiste salvarme. Nunca lo comprendí. Nadie salva a nadie. Todo el mundo se
hunde solo o se salva en soledad. Sí, ya sé, como redundante proclama nihilista ha quedado
estúpidamente fantástica. Semana perdida en la factoría Mr. Wonderful. No
pierdas el tiempo con libros de Coelho. Autoayuda, sí, para el propio escritor.
Vaya negocio inesperado. Para flotador consistente ya tengo los discos de Nadadora, aunque algunos
voraces jovenzuelos también clavan despiadados sus colmillos de formol. Duelen y
anestesian, como Ian. Intenté envolverte con mis brazos de Plastic-Man aunque fueron
claramente insuficientes ante la coraza intransigente de tus miedos. Sedimentados
en el tejado disfrutando de las vistas.
No sé qué decirte
Cuando te miro a la cara
Tus manos en mis manos
Camino al Nirvana
Nunca me he sentido demasiado bien
Solo soy un niño
No tengo muchos amigos
Crisis de identidad
Haciendo que me santiguo
Quién me va a salvar
Quién me va a salvar
Quién me va a salvar
Tumbados en el tejado
Nada se ve igual
Te quiero a rabiar
Nada se ve igual
Voy a disparar,
contra ese cristal
No me gusta mi reflejo,
me gusta el mar
Eco en la ciudad
Qué es lo que dirán
Ya no importa
Nunca me he sentido demasiado bien
Solo soy un niño
No tengo muchos amigos
Crisis de identidad
Haciendo que me santiguo
Quién me va a salvar
Quién me va a salvar
Quién me va a salvar
Tumbados en el tejado
Nada se ve igual
Te quiero a rabiar
Nada se ve igual
Quién me va a salvar
Tú no me tienes que salvar
Quédate a mi lado y ya está
Te quiero a rabiar
El texto es una adaptación de la reseña sobre el disco In the Flat Field de Bauhaus, con motivo de su 40 aniversario y que se difundió en el Mineral#86, programa de radio emitido en www.ipopfm.com el 18/11/220.
Vamos a celebrar el 40 aniversario de un disco fundamental: In the Flat
Field de Bauhaus, que vio la luz el 03/11/1980.
En 1979 el punk estaba acabado. Esta corriente
que nació como una protesta, una oposición, prendió como una antorcha; con
tanta fuerza que arrasó con todo y esa misma desmesurada potencia provocó que
acabará autocombustionando en un período escaso de 3 años. Algo totalmente
lógico, necesario y consecuente por propia definición.
Pero el daño, o el bien, mejor dicho, ya estaba
hecho y gracias a él, muchos se atrevieron a comprar instrumentos, experimentar
con ellos y subirse a un escenario. El Do it Yourself vino para quedarse.
En Northampton, 3 chicos decidieron montar un
grupo en 1978: Daniel Ash (guitarra), David J Haskins (bajo), su hermano
Kevin Haskins(batería) y como no tenían cantante convencieron a un amigo
sin ninguna experiencia en la música: Peter Murphy. Como nombre
eligieron Bauhaus 1919, como homenaje a la escuela de arquitectura
alemana, aunque con el paso de los meses, las cifras acabarían desapareciendo
de su nombre.
A los pocos meses publicaron un single clave Bela
Lugosi’s Dead, un tema majestuoso de más de 9 minutos con una guitarra
hipnótica deudora del dub, bajo y batería repetitivos y siniestros y una
interpretación vocal sórdida y cavernosa.
Durante esos meses también aparecieron los
primeros trabajos de Public Image Limited, Gang of Four, Siouxsie and the
Banshees, 17 Seconds de The Cure, Unknown Pleasure y Closer de Joy Division
y la muerte de Ian Curtis. Un nuevo movimiento había nacido, el goth.
Justo allí, en ese momento, Bauhaus
lanzó su LP de debut In the Flat Field, una de las primeras referencias
del novedoso y arriesgado sello 4AD.
En In the Flat Field, que autoprodujeron
ellos mismos, encontramos 9 temas en los que mezclan sabiamente influencias como
The Doors, Pink Floyd, el dub jamaicano, Bowie, el Krautrock de Can
o Neu, Black Sabbath, el existencialismo, la literatura
victoriana y el cine de terror. Todo ello sumado a una atrevida experimentación
de los músicos con sus instrumentos y una interpretación vocal -nunca mejor
dicho lo de interpretación- a cargo de Peter Murphy sencillamente
espectacular. Consiguieron un sonido hipnótico, desquiciado, oscuro y tenebroso,
sencillamente irresistible, con un vocalista portentoso, que oscila
teatralmente entre lo histriónico y lo terrorífico dominando todos los matices
intermedios.
El triplete inicial del disco con Double
Dare, In the Flat Field y A God in a Alcove es sencillamente
desarmante, con guitarras desquiciadas y batería y bajo percutiendo sin parar
arrastrando al oyente a un novedoso caos rítmico irresistible.
Dive, Small Talk Stinks y St. Vitus Dance son totalmente
diferentes: remolinos vertiginosos y enloquecidos plagados de experimentación y
ritmo.
The Spy in the Cab y Stygmata Martyr suponen la vuelta al
redil oscuro al transitar por cauces tenebrosos, lóbregos y densos, rematando
el disco con los insanos y desasosegantes 7 minutos finales de Nerves,
un epílogo perfecto al disco y que permite atisbar lo que se verá en su
siguiente disco Mask.
In The Flat Field tuvo una recepción
dispar entre la crítica: desde conjunto inconexo de sonidos y golpes hasta obra
maestra fundacional del post-punk. A pesar de no tener un reconocimiento
unánime inicial, con el tiempo se ha visto ampliamente reivindicado siendo
considerado con todo merecimiento piedra fundacional del gótico o post-punk y obteniendo
Peter Murphy el título de padrino del goth. Un disco fantástico e importantísimo en el alumbramiento de un nuevo movimiento: el post-punk, goth, after-punk o siniestro, llámalo como quieras.
Cabe decir que el disco que aparece en Spoti corresponde a la edición de 1988 con extras añadidos y no la original de 1980 de 9 temas.