Creo que hubo un tiempo en que pretendiste salvarme. Nunca lo comprendí. Nadie salva a nadie. Todo el mundo se hunde solo o se salva en soledad. Sí, ya sé, como redundante proclama nihilista ha quedado estúpidamente fantástica. Semana perdida en la factoría Mr. Wonderful. No pierdas el tiempo con libros de Coelho. Autoayuda, sí, para el propio escritor. Vaya negocio inesperado. Para flotador consistente ya tengo los discos de Nadadora, aunque algunos voraces jovenzuelos también clavan despiadados sus colmillos de formol. Duelen y anestesian, como Ian. Intenté envolverte con mis brazos de Plastic-Man aunque fueron claramente insuficientes ante la coraza intransigente de tus miedos. Sedimentados en el tejado disfrutando de las vistas.
No sé qué decirte
Cuando te miro a la cara
Tus manos en mis manos
Camino al Nirvana
Nunca me he sentido demasiado bien
Solo soy un niño
No tengo muchos amigos
Crisis de identidad
Haciendo que me santiguo
Quién me va a salvar
Quién me va a salvar
Quién me va a salvar
Tumbados en el tejado
Nada se ve igual
Te quiero a rabiar
Nada se ve igual
Voy a disparar,
contra ese cristal
No me gusta mi reflejo,
me gusta el mar
Eco en la ciudad
Qué es lo que dirán
Ya no importa
Nunca me he sentido demasiado bien
Solo soy un niño
No tengo muchos amigos
Crisis de identidad
Haciendo que me santiguo
Quién me va a salvar
Quién me va a salvar
Quién me va a salvar
Tumbados en el tejado
Nada se ve igual
Te quiero a rabiar
Nada se ve igual
Quién me va a salvar
Tú no me tienes que salvar
Quédate a mi lado y ya está
Te quiero a rabiar
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