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lunes, 19 de febrero de 2018

The Arctic Flow - Umbrella. Una crítica

En ocasiones y por casualidad, escuchamos una canción que te llama la atención. Recuerda a muchas cosas conocidas, lo tienes en la punto de la lengua pero te desconcierta porque no la acabas de ubicar. Insistes con el resto de los temas y puede que sea un espejismo, pero a veces uno es afortunado, se concatenan los astros y acabas descubriendo un tesoro. Precisamente esto me pasó con Umbrella de The Arctic Flow, grupo que me era totalmente desconocido.

The Arctic Flow es el proyecto de Brian Hancheck, un juanpalomo artesanal que lo inició hace casi una década y que bajo este nombre ha publicado unos cuantos singles, cinco EPs y dos LPs; All the way until december (2009) y el mencionado Umbrella, tan solo hace unos meses.

La escucha de Umbrella nos traslada irremediablemente al Reino Unido de mediados de la década de los ochenta. Justo en el momento de la publicación de C86, el recopilatorio de la revista NME que supuso la mayoría de edad del twee-pop. Género con brumosas texturas ensoñadoras y repletas de evocadora nostalgia aderezadas con unas letras que oscilan sobre la inocencia del amor ilusionado y el amargo desamor descrito con dolida melancolía, que tiene claro reflejo en temas como Crashin waves, Port Orange, Perfume on my pillow o I can’t decide que indudablemente recuperan a grupos como Felt, The Pastels, The Field Mice o Trembling Blue Star. El dream-pop está presente en Take my heart gracias a unos densos teclados que también recuerdan a Radio Dept y unas cristalinas guitarras deudoras de Cocteau Twins. En Nothing Left, Umbrella y As long as you’re beside me, las guitarras jangle y la sección rítmica asumen el protagonismo y aparecen Heavenly e incluso, en algún momento, The Smiths, parecido reforzado por alguna inflexión vocal similar a Morrissey. Reforzando esta idea, la bonita y naïf portada ya ofrece una clara pista sobre el contenido del álbum.

Umbrella es un disco corto y compensado, de tan solo 8 canciones. Tan modesto en sus pretensiones como magnifico en su resultado al estar repleto de canciones bellas, delicadas y de gran poder evocador,  que penetran en el oyente sin esfuerzo, convirtiéndose en perfectas compañeras de momentos lluviosos, no solo climatológicos. Resulta fácil imaginar a Brian Hancheck tejiendo bonitas melodías, maleándolas para regalarlas en forma de canción. Lo más sorprendente de The Arctic Flow es que procede de la soleada Myrtle Beach (South Caroline) en lugar de cualquier humeda y gris ciudad inglesa.

Si este disco hubiese visto la luz en 1986, estamos seguros de que lo hubiese publicado Sarah Records y alguno de sus temas figuraría en el mencionado C86.

PORT ORANGE

UMBRELLA

I CAN'T DECIDE


UMBRELLA en Spoti




En su bandcamp están todas las publicaciones de The Arctic Flow con el precio a voluntad.
The Arctic Flow Bandcamp 

sábado, 9 de diciembre de 2017

Sea Pinks - Watercourse. Una crítica



Ser curios@, tener curiosidad continúa siendo una gran ventaja en estos tiempos de grandes avances tecnológicos que nos permiten disponer de casi todo a la distancia de un clic. El problema de ello estriba en que como mayor oferta existe, más no ceñimos a elegir lo que nos dan precocinado y casi predegustado. No nos queremos dar cuenta pero orientan nuestras elecciones, nuestro consumo y ante ello, nada como no tener miedo a lo desconocido, huir de lo evidente y atreverse a probar cosas nuevas. En estrictos términos musicales, es cierto que seguir este método puede llevar a escuchar grandes castañas aunque eso también pasa si te limitas a escuchar obras de grupos consolidados e intocables para los grandes medios. Todo este rollo introductorio sirve para justificar que así, un poco de casualidad y sin referencias, descubrí el disco Watercourse de Sea Pinks gracias a una referencia cogida casi al azar que me llamó la atención y me hizo escucharlo. 

Sea Pinks es un grupo irlandés ciertamente prolífico ya que han publicado seis LPs en siete años de existencia. Anteriormente el grupo era conocido por ser el proyecto paralelo de Neil Borgan, el batería de Girl Names, hasta que en 2013 dejó su anterior banda para centrarse en Sea Pinks, donde canta y toca la guitarra, acompañado por Steven Henry al bajo y Davey Agnew como batería. 

Watercourse es un disco de pop en mayúsculas. Temas cortos sin adornos innecesarios para ofrecer diez canciones en poco más de media hora. Temas Places She Goes, Into Nowhere, la homónima Watercourse o How Long Must I Be Denied se enmarcarn claramente dentro del jangle efervescente que bebe de las guitarras de The Smiths y del C86 menos lluvioso, sazonado con unas gotas de surf-rock cuando aceleran que les acerca a bandas contemporáneas como Veronica Falls o los mismos Girl Names. En la pegadiza e irresistible Gonalong y en la postrera Pining Away, sus guitarras cristalinas y bajos trenzados nos recuerdan a Wedding Present o, incluso, a los REM más rítmicos (época Murmur-Reckoning). En un par de temas frenan y abrazan sonoridades cercanas al twee-pop como I Don’t Know What i Would Do (Without You) y la grower Shock of the New dejando también espacio para la new wave estilo Wire en la trepidante Playin’ for Pride. Como queda demostrado, los de Belfast han logrado asimilar sus influencias para conseguir un sonido reconocible, aunque algo lineal, sin chirridos ni estridencias.

Watercourse de Sea Pinks es un disco muy disfrutable que gustará a los amantes del pop luminoso que busca melodías y estribillos explosivos sobre colchones de guitarras nítidas y trotonas bases rítmicas. Al final, no deja de ser más que pop de impacto inmediato sin pretensiones, ese que escuchas y no cambiará tu vida pero durante media consigue proporcionarte felicidad y dibujarte una sonrisa inconsciente. En ese arte, Sea Pinks son unos verdaderos artesanos y conviene seguirles la pista muy de cerca.


GONALONG


INTO NOWHERE


SHOCK OF THE NEW


WATERCOURSE EN Spoti