La Invención de Hugo Cabret es un libro mágico, así de claro y contundente.
Tuve la suerte de conocer este libro gracias a un amigo, grande Sasi, que un buen día me lo dejó prometiéndome que me gustaría.
Entré en el libro con un cierto distanciamiento –predisponerme a mí...- aunque reconozco que las primeras ilustraciones me despertaron la curiosidad y en la página 15 ya estaba totalmente enganchado a él. Como no podía ser de otra manera, devoré el libro en pocos días y a mis ojos se convirtió en un libro mágico. ¿Qué quiere decir eso? Pues que es uno de esos libros que todos los que aman el placer de la lectura guardan en el rincón de las emociones dentro de su corazón. Uno de esos libros que provoca que cada vez que piensas en él, esboces una sonrisa, se dilaten las pupilas y pongas cara de ilusión (sigo hablando de libros, no de mujeres).
Hace unos meses leí una noticia que me dejó helado, el insigne Martin Scorsese estaba estudiando llevar al cine una adaptación de La Invención de Hugo Cabret. En estos momentos, la película ya está rodada, creo que se estrena en España en un par de semanas y no solo eso, sino que tiene la friolera de 11 nominaciones a los Oscar. Es decir, el libro va a dejar de ser un pequeño tesoro oculto para pasar a ser conocido en todos los rincones del planeta. Está claro que si el Director es Scorsese su repercusión va a ser mucho mayor que cualquier Director que hiciese su ópera prima, si encima le sumamos el reclamo de las nominaciones nos encontramos en el momento previo a que la historia suba a una catapulta que la disparará a todos los lugares que queramos imaginar.
¿Es eso bueno? Supongo que para su autor sí, mucho. A mí esta idea no me gusta demasiado (sé que es un pensamiento elitista y snob, pero no voy a engañar a nadie diciendo que quiero compartir mis pequeños tesoros). Venga va, lo reconozco, me disgusta profundamente.
No sé si del libro han hecho edición de bolsillo, si es así la desaconsejo totalmente. El libro se ha de leer en la edición de tapa dura con las ilustraciones, dado que estas son la clave del encanto del mismo. El autor, Brian Selznick, no solo ha escrito la historia sino que la ha ilustrado con tal calidad y pasión que no queda más que empezar a pasar las páginas y meterse de lleno en ella.
Dejaré de divagar y haré una pequeña sinopsis de la historia.
Empezaré contextualizando, la acción se sitúa en 1931, en la ciudad de París.
Hugo es un niño de 12 años que vive con su padre, de profesión relojero. De él ha heredado la pasión por todo tipo de artilugios mecánicos así como una destreza fuera de lo común para entender su montaje y funcionamiento. También de él ha heredado la fijación por un autómata estropeado que se halla en el museo. Precisamente cuando su padre está en el museo con el autómata se produce un desgraciado incendio en el mismo, provocando la muerte del padre de Hugo.
Como consecuencia de este fatal acontecimiento, su tío se lo lleva con él a vivir a un cuartucho en la estación de Montparnasse. Allí trabaja cuidando de que todos los relojes estén engrasados, en hora y funcionen bien. Le enseña a Hugo como tiene que hacer para mantenerlos en perfecto estado pero al poco tiempo el tío desaparece. El niño no dice nada a nadie, sigue viviendo solo en la estación y cuidando de los relojes. En uno de los primeros días de vivir en su nueva morada, Hugo sale de la estación y sus piernas le llevan hasta los restos del incendio del museo, entre los escombros encuentra al autómata sucio y estropeado pero bastante entero, en medio de grandes pesares consigue llevárselo con él a la estación.
Para conseguir piezas mecánicas para tratar de arreglar el autómata, Hugo empieza a robar juguetes de la parada que regenta un anciano en la misma estación. Este juguetero sorprende a nuestro protagonista robando, hecho que hace que Hugo conozca a Isabelle, la sobrina del juguetero, con quien entabla una amistad de esas que ya se sabe que serán para toda la vida.
No voy a continuar para no desvelar más datos de la historia, ya que a partir de aquí es cuando se pone interesante, solo queda decir que el juguetero es Georges Méliès, uno de los precursores del cine, especialmente fantástico, y el libro es un homenaje a él y a otros pioneros del cine. Aunque el personaje de Hugo sea totalmente ficticio, lo que explica de Méliès y sus circunstancias tienen mucho que ver con la realidad.
La historia tiene un cierto aire olivertwistiano ya que Hugo es un pobre huérfano desarrapado que roba para comer y vive en unas condiciones deplorables. Por contra, la relación entre los 2 niños está vestida con mucho encanto e ilusión, el tratamiento que le da al abuelo es muy respetuoso y como decía anteriormente las ilustraciones te cautivan introduciéndote en la historia con una mirada cómplice.
Claro que se pueden encontrar defectos, la historia es difícilmente creíble, la supervivencia y las habilidades del niño le convierten en un pequeño genio y su supervivencia en esas condiciones es francamente imposible... pero en qué historia de fantasía la verosimilitud es importante?.
De todas maneras, coger el libro y zambulliros en él y luego ya me diréis.
Dejo un fotograma de El Viaje a la Luna, imagen que siempre me ha fascinado.
Como curiosidad resaltar que en otro libro mágico, La Mecánica del Corazón de Mathias Malzieu, también aparece la figura de Georges Méliès.
11 nominaciones a los Oscar. ¿No es eso una barbaridad?.
Aprovecho para enlazar la página de la Wikipedia de Georges Méliès un genio con una vida apasionante
Se aceptan críticas, sugerencias y lo que haga falta en Comentarios.
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