domingo, 17 de enero de 2016

Édouard Louis- Para Acabar con Eddy Bellegueule. Una crítica.



Como ya he comentado en alguna entrada anterior, ir a la biblioteca con el tiempo justo es un error. O se tiene decidido de antemano los libros que quieres o acabas cogiendo lo primero que te llama la atención, sin poder disfrutar del momento de rebuscar y elegir. En mi última visita solo disponía de un cuarto de hora por lo que me encaminé apresuradamente al estante de  novedades. Allí, un chico joven miraba con expresión de tristeza desde la portada de un libro. Su título me sorprendió, Para Acabar con Eddy Bellegueule (Adéu a l’Eddy Bellegueule en la edición catalana), y sin tener ninguna otra referencia me lo llevé a casa.



Eddy Bellegueule es un niño de 10 años que reside en un pequeño pueblo de 500 habitantes de la región francesa de Picardía. Su vida diaria es un infierno. Sus gestos amanerados, su voz aguda, incluso su inteligencia le convierten en el rarito, el afeminado, el mariquita del pueblo. Como allí todos los chicos tienen que ser duros, su condición sexual diferente es un estigma, una marca que solo merece reprobación, escarnio y violencia, por lo que Eddy es víctima de burlas, descalificaciones y agresiones de manera continuada.



Vivir en un entorno social desfavorecido tampoco ayuda demasiado. Sus padres le quieren pero desearían que su hijo fuese más normal y que no supusiese otro problema que sumar a su desesperada situación económica. A lo largo del libro (que recorre de los 10 a los 14 años del protagonista), Eddy toma consciencia de su sexualidad, intentando negarla, ocultarla e incluso experimenta con chicas con tal de dejar de ser un marginado. Una vez asume que le es totalmente imposible fingir decide que tiene que dejar el pueblo y la única oportunidad que se le puede presentar será gracias a los estudios.



Éste es el duro argumento de Para Acabar con Eddy Bellegueule, novela debut y autobiográfica de Édouard Louis. El autor tiene actualmente 23 años y, pese a su juventud, sorprende positivamente el tono contenido del libro, sin caer en el sentimentalismo ni cargar tintas ni lanzar exabruptos sino limitándose a relatar los hechos que conformaron su infancia y primera adolescencia sin juzgar a los protagonistas en ningún momento. Se trata de una novela corta, de escasas 160 páginas, pero plagadas de aristas cortantes que provoca que el lector asista con el estómago encogido a los episodios de violencia escolar contra él (bullying es una palabra que se queda corta), se desconcierte ante los primeros escarceos sexuales que se convierten en hábito y se horrorice ante los episodios de violencia familiar.



Édouard Louis describe a partir de su historia, la vida en un pueblo pequeño dependiente de una fábrica que da trabajo a la mayoría de los habitantes del mismo. Narra un ecosistema asfixiante con una cotidianeidad llena de violencia en que los hombres deben ser muy duros para demostrar su virilidad, el papel de la mujer es de total sumisión respecto al hombre, el alcohol está tan presente que su ausencia casi está mal considerada, el racismo exacerbado es la respuesta a muchos problemas, la diferencia no se comprende sino que se reprime y la falta de expectativas es tan implacable que las vidas de sus habitantes no dejan de ser grises réplicas unas de otras.



El acoso escolar es un elemento tan presente y habitual  que incluso Eddy lo acepta, hasta el punto de acudir voluntariamente al encuentro de sus agresores para que le humillen y apaleen e incluso se preocupa por sus agresores si un día no acuden a su espeluznante cita. Esta sumisión a su condición de diferente y el convencimiento de que merece ser castigado por ello provoca escalofríos.



En la contraportada describen la prosa de Édouard Louis como un cóctel de Zola y Dickens, lo que es totalmente cierto. Podríamos definirla tranquilamente como literatura naturalista, con la importante diferencia es que la acción transcurre hace escasamente 10- 15 años en un pueblo de Francia, una de las primeras economías mundiales y no en la Inglaterra o Francia del S. XVIII. No deja de sorprender y doler que en estos tiempos de progreso e información no dejen de producirse estas situaciones y no solo en lugares tan claustrofóbicos como el pueblo descrito. En el norte de Francia, en Occidente, en la actualidad, ahora mismo. Por desgracia, el caso de Eddy no es el único sino que es mucho más frecuente de lo que creemos.



Para acabar con Eddy Bellegueule es una novela triste y devastadora, en la que el tono neutro de la historia realza la descorazonadora acusación hacia la sociedad occidental en que estamos viviendo por su falta de educación y de valores.



Impactante debut literario de Édouard Louis ajustando cuentas con su pasado.


Édouard Louis en la Wikipedia
Édouard Louis

Recomendación: 
La fantasía está muy bien pero unas dosis de realismo (aunque no sea mágico) también apetecen y son necesarios. Seguir la carrera de Édouard Louis.

Durante la escritura de esta reseña escuché el majestuoso Kicking against the pricks del gran Nick Cave con sus Bad Seeds, también los premonitorios lamentos agónicos del ya mítico  David Bowie en BlackStar así como admiré todavía más a Polly Jean en This is Desire?. 

2 comentarios:

  1. Pensaba que no era una novela sino una especie de testimonio del autor, por eso de que cada vez están más de moda las memorias, la autoficción y demás. Bueno, y por la foto de la portada, que supongo que será el autor (sí, lo es, lo he mirado en Google).

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    1. Bueno, equivocado no estás. No deja de ser su historia, su preadolescencia con lo que se puede decir tranquilamente que es su testimonio, memorias incluso.

      Sí que es él, sí.

      Abrazo

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