Hace un par de meses las californianas Warpaint presentaban su tercer disco, Heads Up. Nuevo trabajo que supone un reto para el grupo después de que los anteriores The Fool y, especialmente, el homónimo Warpaint, no lograsen confirmar las expectativas generadas por su primer lanzamiento, el EP de 2008 Exquisite Corpse. Reto consistente en saber si son capaces de dar un paso adelante y afirmar el rumbo de su carrera o bien, continuar inmersas en el tono bajo de sus anteriores publicaciones.
En Heads Up, a pesar del cambio de productor –en esta ocasión Jake Bercovici-, continuamos encontrando los patrones característicos del sonido Warpaint. Dream pop con incursiones en el trip-hop gracias al uso de beats y algunas bases. Destaca sobremanera el trabajo de su excelente batería, Stella Mozgawa, omnipresente en todo el disco, bien secundada por la bajista Jenny Lee Lindberg que junto con, en varios temas, una sutil base electrónica actúan como colchón para los continuos juegos de armonías vocales que desarrollan tanto Emily Kokal como Theresa Wayman, cantantes y guitarristas ambas. Precisamente el protagonismo de las vocalistas sobre la instrumentación es lo que provoca el gran problema del disco y de la banda, la monotonía.
Lo mejor del disco está en su trío de canciones iniciales, WhiteOut con su atractiva línea de bajo, By your Side con una batería muy efectiva y, especialmente, New Song, la mejor canción del disco con gran diferencia, un pegadizo tema claramente orientado a la pista de baile gracias a su pegadiza base.
A partir de aquí, el barco va a la deriva y se hunde sin remisión. Las canciones se van sucediendo y todo suena muy bonito, nítido y elegante, en su sitio, perfectamente ejecutado, pero sin ningún atisbo de emoción, tan solo languidez y etéreos juegos vocales que no logran traspasar ni transmitir nada. Aunque podemos encontrar destellos puntuales (alguna línea de bajo, una batería creativa), tanto orden, falta de espontaneidad y supeditación a la insulsa interpretación vocal tan solo provoca linealidad, repetición y aburrimiento. Además, la extensa duración de Heads Up, 51 minutos, no ayuda en absoluto a aliviar esta sensación.
Tercer disco de las californianas y, al igual que pasaba con sus discos anteriores, tan solo recordaremos por una canción: New Song (al igual que Love is to Die en el anterior y Undertow en el inicial). Demasiado esfuerzo del oyente para tan poca recompensa. De seguir esta progresión, con un par de trabajos más, Warpaint conseguirán tener un buen recopilatorio con una excelente cara A.
Heads Up no supera el reto y provoca otra nueva decepción, la tercera ya. Dudamos que contente a nadie que no sea fan del grupo e incluso que se escuche más allá de la fantástica New Song. Con el transcurrir del tiempo, Warpaint se está trabajando un dudoso status de grupo de música arty para posturiles de red social.
NEW SONG
WHITEOUT
HEADS UP EN SPOTI
A lo mejor tengo que escucharla más veces, pero creo que ni siquiera "New Song" me parece demasiado buena. Prefiero mil veces la de Trentemoller del otro día.
ResponderEliminarEl disco de Trentemoller es otro nivel. Escúchalo entero, creo que te puede gustar.
ResponderEliminarEn cuanto a Warpaint, creo que desisto de ellas.
Saludos