La
publicación de Los Ángeles de Hielo (Els Àngels de Gel en catalán) de Toni Hill ha sido toda una sorpresa. Ahora que
el autor ha alcanzado una cierta repercusión con la saga del inspector
Salgado, se atreve a dejar su zona de confort -utilizando términos
psicológicos de moda- aparcando al personaje que le ha dado fama, cambia de
época y nos entrega una novela que no tiene nada que ver con lo que había hecho
hasta el momento.
En
la novela transcurren dos historias diferentes. Por un lado, la historia del
colegio femenino Los Ángeles situándose a mediados de 1908 y en boca de su
Directora, la Srta. Águeda. Ésta, pasa de la ilusión de empezar un nuevo
curso, del que al finalizar saldrá la primera promoción de chicas con los
estudios finalizados siguiendo su método progresista, a un desasosiego
creciente con el transcurrir de los meses debido a la presencia de una nueva
alumna conflictiva con problemas de adaptación al centro y que terminarán por
provocar la tragedia en el mismo.
Por
el otro, 8 años después, Frederic Mayol, joven psiquiatra y
excombatiente de la 1ª Guerra Mundial, se instala en Barcelona y conoce y se
enamora de una de las jóvenes pertenecientes a la primera promoción del colegio
Los Ángeles. La preocupación por este amor le hace descubrir una serie de
misterios, con fantasmas y asesinatos incluidos, relacionados con el colegio al
que la joven asistió. Cuando la sombra de un peligro desconocido, amenazante y
creciente como nube de tormenta, empieza a cercarles, Frederic –a pesar
de su profesión- empieza a plantearse posibilidades descabelladas que le
llevarán a obsesionarse con el colegio, estando muy cerca de perder la razón.
Toni Hill
ha escrito una novela de aires góticos, con misterios, crímenes e incluso con
un aterrador fantasma, introduciendo un elemento sobrenatural novedoso en su
obra. El libro se estructura en cuatro partes, las dos primeras muestran el
transcurrir del último curso escolar en Los Ángeles a través del diario de su
Directora así como la llegada de Fredreric a Barcelona y como éste forma
su círculo de amistades. Estas partes iniciales transcurren con una cierta
lentitud pero sirven para establecer los fundamentos de las dos partes finales,
en que las historias se cruzan, y llevan al joven psiquiatra a actuar como
detective para tratar de esclarecer las extrañas muertes de personas que han
tenido relación con el antiguo colegio. El autor además se vale de un narrador
que aparece para aportar más datos sobre la historia, fijarla y ayudar a que
esta avance. Los personajes están muy bien trazados, tienen fuerza y la
historia es interesante y posee una atractiva atmósfera llena de intriga a la
que, sin duda, ayuda el oscuro caserón que fue sede del colegio. Su buen ritmo
narrativo, encajando y entrecruzando ambas historias sin estridencias
–apriorísticamente independientes y en momentos temporales diferentes- capta y
mantiene la atención del lector que consume ávidamente sus 450 páginas. Un
mérito a resaltar del escritor es que no cae en ningún momento en el
sentimentalismo, lo cual hubiese desvirtuado el aroma de maldad que acecha
entre las páginas del libro.
Otro
de sus puntos fuertes es la cuidada ambientación de la novelas. En sus páginas
se muestran temas de calado como pueden ser el impacto de la 1ª Guerra Mundial
en los combatientes y el desmembramiento del imperio austrohúngaro, evidenciado
claramente en el personaje de Federico y la vida en Viena antes y después de la
guerra. También el reflejo de la vida de la alta burguesía propietaria de
industrias y sus difíciles relaciones con los obreros en tiempos de auge del
sindicalismo y mejora de las condiciones laborales. Además en las primeras
décadas del S.XX se vivía el apogeo, dentro de la psiquiatría, de las teorías
de Sigmund Freud, hecho éste plasmado en los métodos utilizados por el
joven psicólogo, contrapuestos a los más tradicionales que se siguen en el
sanatorio para tratar a los enfermos. Es grato comprobar como el autor se vale
de sus páginas para homenajear obras clásicas de literatura como “Jane Eyre”
de Charlotte Bronté y, especialmente, “El Hombre de Arena” de E.T.A
Hoffmann. Muestra estas dos pero no deja de ser un homenaje a toda la
literatura de misterio (ahora etiquetada como gótica) de la segunda mitad del
S.XIX.
Los Ángeles de Hielo es una novela muy ambiciosa y Toni Hill sale airoso y con nota del reto que se
había planteado. Una de sus cuñas publicitarias indica: La Revolución Literaria
del Año y, por una vez y sin que sirva de precedente, hemos de darle la razón
ya que el libro nos ha encantado y estamos expectantes para conocer el nuevo
movimiento del escritor.
Otras reseñas del autor
Toni HIll en la Wikipedia
Recomendación:
Novela
gótica, así sin discusión aunque tampoco hace falta empacharse de ella.
Mientras escribía esta reseña escuché el
desasosegante Your Eyes are my Eyes, el único trabajo de los desconocidos
italianos Cold Phoneix, también el bellísimo The Sky's Gone Out de los
absolutamente imprescindibles Bauhaus así como Novelería, el último disco de
Nueva Vulcano, uno de los grupos más fiables y con mejor directo del panorama
musical nacional.
Es elq ue más me gustó del autor, seguramente porque su protagonista me cae mejor que Héctor de los anteriores. Además es un libro más rico y complejo
ResponderEliminarBesos
La trilogía de Salgado me gusta (aunque no la haya leído entera, lo reconozco) pero está claro que Los Ángeles de Hielo es otra cosa.
EliminarSi tuviese que elegir me quedaría con él pero como no tenemos que hacerlo, pues me apunto también a Héctor Salgado.
Besos