Hace
tiempo que tenía ganas de leer a Sebastià
Bennasar. El escritor mallorquín tiene una consolidada trayectoria
literaria, con alrededor de treinta títulos publicados, y ha logrado hacerse un
nombre en nuestras letras destacando especialmente como autor y estudioso de
novela negra. En la última expedición a la biblioteca localicé uno de sus
últimas obras -On mai no creix l’herba-
y no dudé ni un instante en llevármela a casa.
La
acción del libro se centra en el barcelonés barrio de La Verneda. Entre sus
calles transcurren las tramas principales que recorren sus páginas: las
andanzas de Ariadna y su banda, un grupo de jóvenes que controlan el
narcotráfico y la pequeña delincuencia en el barrio; el odio y resentimiento de
un empresario caído en desgracia que se convierte en asesino de metereólogos de
TV3 así como los planes de un grupo de neonazis que planean atacar al corazón
de la simbología catalana para así dañar al independentismo catalán. Todo esto
enmarcado en los días posteriores a la celebración del 11 de Septiembre, Diada
Nacional de Catalunya, con frecuentes referencias al estado de efervescencia
del nacionalismo catalán.
On mai no creix l’herba es un libro corto, de escasas ciento ochenta páginas divididas
en cuarenta capítulos. Capítulos que son fogonazos debido a su brevedad (la
mayoría de dos o tres páginas) con lo que el escritor consigue enganchar con
facilidad al lector gracias a regalarle una sensación de impacto, de acción
continuada y expectación ante lo que acontecerá. A esta sensación ayuda
decididamente un lenguaje muy ágil y con muy escasas descripciones siendo un
libro muy fácil de leer. Las tres tramas son originales, con un punto de
partida atractivo y están bien desarrolladas –y por momentos dotadas de un
cierto humor corrosivo-, llegando a entrecruzarse los movimientos de algunos de
los protagonistas durante el transcurrir de la historia. Al ser una novela
corta y frenética, los personajes tienen mucha importancia y es digno de destacar
como Benassar consigue contagiar el cariño
que siente hacia Ariadna y los integrantes de su grupo, al convertirla en una
especie de líder de los desfavorecidos para darles un futuro mejor, mientras
ocurre todo lo contrario con los neonazis que salen reflejados como los gorilas enfermos que realmente son. El libro se devora con rapidez y agrado, pero su
estructura de minicapítulos provoca una cierta falta de empaque en la
composición de algunos de los personajes, que acusan carencias en las
motivaciones de sus comportamientos, llegando a lastrar el conjunto por un
exceso de liviandad, de falta de anclaje, lo que provoca que a pesar de que su
lectura se disfrute adolezca de falta de profundidad.
On mai no creix l’herba me ha parecido un libro muy entretenido y bien escrito.
Un buen acercamiento a la obra de Sebastià
Bennasar dentro de la novela negra no exenta de crítica social
y aderezada con un humor inteligente y punzante, aunque lo cierto es que tengo
ganas de clavarle el diente a algún título suyo con mayor enjundia.
Sebastià Bennasar en la Viquipèdia
Recomendación:
Como digo un poco más arriba, reincidir en el autor.
Recurrir a la magnífica colección crims.cat para descubrir cercanos autores de novela negra.
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