Será que me hago viejo pero cada vez llevo peor el invierno y el frío. Salir de casa envuelto en mil y una capas, mirar la calle, respirar, cortar el vaho que expulsa tu boca y, de repente, notar que el frío te envuelve hasta dejarte aterido no es una buena manera de empezar el día.
Días cortos, bajas temperaturas, adustez en los rostros, ropas gruesas y sin forma, encerrarse en casa sin salir con una sensación de invencible pereza, notar inmisericordemente fríos los pies, una caricia helada en la espalda hiriéndola sin parar combinado con una sensación flotante de desencanto...
Que nadie me diga que prefiere esto al calor. Que sí, que posiblemente haya días en que la temperatura elevada agote, que no se encuentre oxigeno en el ambiente y quedes aplatanado pero la luz, los colores, las largas horas del día, la escasez de ropa, la alegría en la cara, la oportuna ducha refrescante (y otra y otra y otra, si es necesario), las ganas de vivir y de hacer cosas no pueden compararse con la sensación de ir andando por la calle y que una ráfaga de aire frío te invada hasta el tuétano de los huesos llenándote de una pesada tristeza que no se expulsa con facilidad.
Últimamente varias personas (muy sabias ellas y con toda razón) me han dicho que soy extremadamente cabezota y que no atiendo a razones. Igual todo esto del frío no es más que un convencimiento mío sin argumentos pero igual ha llegado el momento de exiliarme de una vez del frío o igual he de aprender a expulsar el frío que yo mismo irradio.
Puede que solo sea añoranza del verano, puede que solo sea añoranza, puede que solo sea el frío que he pasado estos últimos días.
Y el invierno no ha empezado todavía...
Tengo ganas de fiesta
De que acabe el invierno
De volver a nadar en el mar
De soñar el verano
En el que fuimos novios
Y poderle cambiar el final
Tengo algunos poemas
Que escribimos entonces
Y ahora te harían reír
Han pasado tres años
Desde aquel verano
Y sigo enamorado de ti
Tu cara triste
Mi amor de plata
Podemos volver a empezar
Seremos delfines o ballenas azules
Viviendo en el fondo del mar
De que acabe el invierno
De volver a nadar en el mar
De soñar el verano
En el que fuimos novios
Y poderle cambiar el final
Tengo algunos poemas
Que escribimos entonces
Y ahora te harían reír
Han pasado tres años
Desde aquel verano
Y sigo enamorado de ti
Tu cara triste
Mi amor de plata
Podemos volver a empezar
Seremos delfines o ballenas azules
Viviendo en el fondo del mar
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