Grata sorpresa me llevé al descubrir entre los atiborrados estantes de la Biblioteca Pública, La Mano de Dios, el segundo volumen de la serie Scott Manson del escritor escocés Philip Kerr, que sitúa la acción en el mundo del fútbol aparcando a Bernie Gunther, el detective en tiempos de la Alemania nazi que le ha dado prestigio y popularidad. El título, como no podía ser de otra manera, utiliza terminología futbolística como ya acaecía con el primero de la serie, Mercado de Invierno.
Scott Manson continúa como entrenador del London City FC al inicio de la nueva temporada. Inicio que viene marcado por la celebración de la ronda previa de la Champions League. Competición para la que lograron clasificarse a pesar del fallecimiento de su técnico Joao Zarco. Vivimos la llegada de los esperanzadores fichajes, primeros entrenamientos y giras veraniegas recaudatorias, hasta llegar al plato fuerte; la eliminatoria contra el Olympiacos griego que dará acceso al vencedor a la deseada fase de grupos.
Partido en el que los jugadores saltan al campo ante la brutal hostilidad de la afición local. El partido empieza bien, muy bien para el equipo inglés, hasta que una de las estrellas del equipo, el ruso Bekim Develi, cae desplomado en el campo tras una jugada. A pesar de los esfuerzos del equipo médico, no logran recuperarlo y lo trasladan al hospital. Sus compañeros, muy afectados, se vienen abajo y encajan una abultada derrota mientras el ruso fallece pocas horas después. Lo que parecía ser una crisis cardíaca se complica al desarrollar la policía griega una investigación paralela relacionada con un crimen. Ante esto, el London City queda retenido en Atenas hasta que termine la investigación policial pero la situación de huelga general amenaza con retardarla indefinidamente. Con la temporada ya empezada y ante la proximidad del partido de vuelta de Champions, Scott Manson decide empezar a investigar por su cuenta, para poder aportar algo de luz al caso que posibilite la salida del país de su equipo y así recuperar la normalidad.
Philip Kerr vuelve a demostrar un vasto conocimiento de las interioridades y entresijos del mundo del fútbol de élite, un mundo desmesurado totalmente alejado de nuestra cotidiana realidad. La principal virtud del libro radica tanto en su creíble ambientación como en que el escritor avanza en la narración con el cuchillo afilado y sin dejar títere con cabeza. Refleja sin cortapisas que el deporte rey se ha convertido en un enorme negocio que mueve y despilfarra ingentes y desorbitadas cantidades de dinero. Desde unos jugadores que perciben retribuciones demenciales y que gastan con alegría y necedad propios de su condición de idolatrados y caprichosos semidioses hasta unos multimillonarios presidentes de fútbol (con abundancia de rusos, chinos, jeques árabes) que compran presidencias de clubes como un trofeo más sin tener ni idea del juego –ni del club- en busca de repercusión y obertura de puertas para sus negocios, pasando por los agentes futbolísticos a los que acusa –con razón- de ser casi tratantes de esclavos de lujo siempre en busca de su jugosa comisión y acabando con los dirigentes de los organismos internacionales y su facilidad para sacar provecho en beneficio propio del dinero generado por los clubs. No olvida en su repaso a los fanáticos aficionados ultras de los equipos que amparados bajo la excusa de la defensa de unos colores pregonan su exacerbado racismo, un fascismo integrista y una injustificable violencia en sus actos.
Al transcurrir la mayor parte de la historia en la Grecia del rescate europeo, el autor no pierde la oportunidad de describir un país en descomposición y totalmente paralizado por su quiebra económica. Situación provocada por muchos años de expolio por parte de sus dirigentes y un fraude generalizado extendido a todas las capas de la sociedad, causas ante las que la Unión Europea hizo oídos sordos hasta que vio que podían hacer tambalear sus cimientos. Una vez impuestos por ella unos imposibles planes de austeridad (con el mayor peso recayendo sobre la población más vulnerable) dejan al país a la deriva para retirarse a sus lujosos salones de reuniones. Los contrastes del país se observan claramente al comparar el lujo donde se hospeda el equipo y el estado lamentable de las calles, los deficientes servicios públicos o incluso los vetustos estadios.
En cuanto al estilo narrativo, cabe diferenciar entre las partes meramente futbolísticas y la investigación del crimen. Las primeras son una auténtica gozada para el lector amante de este deporte, destacando especialmente las cien absorbentes primeras páginas que se consumen de manera trepidante, sin poder despegar la atención del texto al captar perfectamente el ambiente del fútbol de alta competición. Las piezas del puzzle de la investigación están bien encajadas y se van desvelando con el transcurrir de la novela, no siendo demasiado previsibles y preservando el factor sorpresa hasta el final, aunque en estas partes la lectura se ralentiza en comparación con las anteriores. Además la serie tiene una gran virtud: su personaje principal Scott Manson. El protagonista es íntegro y coherente en un mundo en que estos valores no abundan. Es carismático e imperfecto y su obstinación y determinación consiguen el aprecio del lector.
La Mano de Dios, al igual que el primer título de la serie, es una novela reservada para los aficionados al fútbol por la cantidad de referencias y situaciones reconocibles que provocan una lectura voraz y muy entretenida de sus más de cuatrocientas páginas. Aunque hay que decir que quien no sea aficionado a este deporte mejor elija otro título.
Para terminar, una propuesta a Philip Kerr: una futura entrega sobre el Real Madrid, con la alargada mano de Florentino haciendo negocio en su poderoso e influyente palco en disputa con el Barça de Messi presidido por el pusilánime de Bartomeu.
Otros títulos de Philip Kerr:
Philip Kerr en la Wikipedia
Philip Kerr
Recomendación:
Estar atento a las futuras novelas de esta serie. También la serie del detective Bernie Gunther por la originalidad de la misma.
Durante la redacción de esta reseña he escuchado Cautivos de Tulsa, grupo que cuenta con una cantante maravillosa, Miren Iza. También Latidos Cósmicos el nuevo disco de los desenfadados Las Ruinas así como Surrender de los combativos Holograms.
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