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viernes, 22 de mayo de 2020

Pierre Lemaitre - Recursos Inhumanos. Una crítica

Descubrí a Pierre Lemaitre, hace años ya, con la serie del comisario Verhoeven y acabé de convertirme en fiel seguidor suyo gracias a una obra mayúscula titulada Nos vemos allá Arriba (ganadora del Gouncourt 2013 y de la que el año pasado se publicó la segunda parte: Los Colores del Incendio). Desde entonces he ido comprando sus libros con regularidad -o esperando que me los regalasen-, aunque siempre he esperado un tiempo para leerlos; autotormentos que uno se impone. Recursos Inhumanos fue un regalo demostración de buen gusto que dejé un tiempo acumulando polvo en un estante hasta que, por fin, me decidí a atacarlo. 

Alain Delambre tiene cincuenta y siete años y lleva cuatro años en paro. Había sido Director de Recursos Humanos de una empresa mediana pero una fusión internacional le pone de patitas en la calle, al elegir para el puesto su homólogo de la otra empresa porque es bastante más joven. En esos cuatro años de búsqueda, solo ha podido encontrar un minitrabajo de tres horas durante la noche y la situación en su casa empieza a ser complicada a nivel económico, afectivo y, especialmente, en su maltrecha autoestima.

Cuando la cuesta abajo amenaza con ser imparable, le llega información sobre un proceso de selección para un puesto de asistente de RRHH en una gran empresa. Tras descartar que su edad sea un problema, se prepara para conseguirlo con todos los medios a su alcance, e incluso los que no lo están, en una espiral en la que irá involucrando cada vez más a los miembros de su familia. Supera todas las pruebas previas hasta llegar a la última: un juego de simulación de una toma de rehenes, en la que los candidatos finales deberán dirigir al personal. Como más cercana está la prueba, más claro tiene Delambre que es el clavo ardiendo al que ha de agarrarse para no tirar su vida por la borda. Saldrá airoso de ella y conseguirá su objetivo o la dura realidad le dará el golpe definitivo?.

Aunque pueda parecerlo, en esta atractiva sinopsis he spoilereado bien poco ya que Recursos Inhumanos ofrece mucho más. El libro se divide en 3 partes: Antes-Durante y Después. El tono de las 3 partes es tan distinto como convincente. En Antes encontramos a un Delambre que se está hundiendo; empieza a caer víctima de la depresión y todo se le vuelve en contra, metalizando sus días. En Durante, la confusión y la incertidumbre a todos los niveles campan a sus anchas y en Después, la decisión y la acción fluyen por las páginas a gran velocidad. Para reforzar esta impresión, utiliza como narrador al decaído protagonista en la perezosa primera parte. Sorprende cambiando de relator en la segunda para volver a un acelerado Alain Delambre en la trepidante parte final.

En el llibro subyace una clarísima crítica al salvaje e inhóspito capitalismo globalizado; decisiones tomadas en un despacho en la otra parte del mundo acaba con el futuro de cualquier trabajador, sin tener en cuenta trayectorias ni méritos. Además, también apunta contra la impunidad con que las grandes empresas plantean planes de despido y reconversiones ante las previsiones de reducción de sus beneficios, sin importar para nada el perjuicio del capital humano. Medidas a las que los gobiernos de los países asisten -impotentes- protestando con la boca pequeña, pero sin atreverse a tomar ninguna medida. Cuando las empresas tienen mucho más poder que los países poco pintan sus trabajadores, así de sencillo y este, claramente, es uno de los problemas de nuestro sistema económico; el prostituido capitalismo. Incide también Lemaitre en las escasas expectativas de encontrar trabajo a partir de una determinada edad con lo que conlleva: problemas económicos, crisis familiares, depresiones y enfermedades. Este aspecto está magníficamente reflejado en la primera parte de la novela.

Recursos Inhumanos es un libro magnífico. Proporciona crítica social de altos vuelos, una trama interesante, personajes sólidos y atractivos y una historia tan seductora (David contra Goliat) como adictiva su lectura. Como es habitual en los libros de Pierre Lemaitre, entre su fluido torrente narrativo hay momentos en que el comportamiento del personaje principal parece que sea errático e incomprensible para el lector. Al tener experiencia con obras anteriores, sabemos que acostumbra a esconder información clave sobre las motivaciones del personaje y que la revelará de golpe, cuadrando las piezas del incomprensible puzzle que nos ofrecía. No es una crítica, es una certeza, una marca de agua del escritor. Por mencionar un posible “pero”, aunque menor, sería la sensación de funambulista que transmite el personaje de Alain Delambre, siempre a punto de caer sin red que le sustente, pero logrando encontrar soluciones en los momentos de mayor desesperación, lo que puede llegar a resultar un pelín excesivo.

Pierre Lemaitre consigue en Recursos Inhumanos una historia poderosa y arrolladora, ante la que el lector toma claramente parte en una confrontación del débil contra el poderoso y en la que el escritor refleja claramente su punto de vista. Otro acierto del escritor francés, una muesca más en su destacada bibliografía, que confirma, obra tras obra, que es uno de los escritores más interesantes y originales de nuestros días. Se le vende como escritor de novela negra -el márketing y sus triquiñuelas- aunque esa etiqueta se le queda corta, muy corta.

OTRAS RESEÑAS DEL AUTOR:
Alex

Pierre Lemaitre en la Wikipedia

Recomendación: 
Evidentemente, Pierre Lemaitre. Ya tengo esperando Los Colores del Incendio.
Aprovechando que se empieza a avanzar en las fases de desconfinamiento, gastarse algún dinerillo en las librerías que llevan 2 meses muy complicados.

Mientras escribía esta reseña he disfrutado del magnífico LP Canciones de Laboratorio de Salvador Tóxico (no lo descubras tarde, escúchalo ahora), el excelente coldwave del EP publicado por el misteriosos proyecto Depresión Sonora y el homenaje a Ian Curtis en el 40 aniversario de su fallecimiento con Closer y Still. 

jueves, 3 de abril de 2014

Ron McLarty- Una Historia en Bicicleta


Reconozco que elegí este libro por la portada. En mi última visita a la biblioteca me llamó la atención esa portada roja, con un camino dibujado con trazos infantiles conteniendo un ciclista y unos plátanos. Una Historia en Bicicleta, de Ron McLarty, ni idea ni del libro ni del autor.


El libro nos habla de Smithy Ide, un hombre de 43 años que pesa 126 kilos, es supervisor de una fábrica de juguetes (principalmente se dedica a verificar que las manos y pies de los muñecos no intercambien sus posiciones) y sus principales aficiones son comer galletas saladas y comida rápida así como beber cantidades ingentes de cerveza y vodka con naranja mientras intenta no hacer nada en absoluto.


En un inicio trepidante, se describe el accidente de automóvil en el que fallecen los padres de Smithy. Al volver a casa, en un estado confuso mezcla de cansancio y ebriedad, redescubre su querida bicicleta de la infancia, se sube a ella y no se bajará hasta que llegue al final del camino; Los Ángeles. Solo un pequeño inconveniente, la acción se desarrolla en Providence (Rhode Island) – costa Este de los USA- y Los Ángeles está a unos 4.700 kilómetros (según acabo de consultar en la Biblia de hoy en día –Google-).


Ron McLarty nos narra en capítulos alternos el presente del viaje, con las peripecias que le ocurren a nuestro protagonista, y el pasado de Smithy que nos muestra los porqués de su situación actual de indolencia. A pesar de sus 43 años, éste no deja de ser un viaje iniciático. Nuestro protagonista se había dejado llevar conformándose con su rutina de vida encerrada en sí mismo y sin haber superado sus propios fantasmas. El viaje en bicicleta hace que tenga un misión, un propósito (ir haciendo kilómetros sin limitación) y mientras avanza este viaje, Smithy, descubre con satisfacción que pierde peso y, especialmente, que es capaz de conocer gente nueva, retomar lazos que creía rotos y salir airoso de situaciones imprevistas. Sin darse cuenta el viaje se convierte en una búsqueda. La búsqueda de sí mismo, y la aceptación del peso del pasado como parte de uno mismo.


La lectura del libro es sencillamente deliciosa, como lector he devorado los capítulos casi como Smithy lo hacía con los kilómetros. La estructura del libro le da un cierto aire bipolar. Los capítulos referidos al presente son ilusionantes y mayormente optimistas siguiendo al ciclista en las peripecias que se encuentra en su camino. Los que hablan del  pasado del protagonista son muchos más sombríos y en muchos casos, como lector, se te encoge el corazón ante la inminencia de la catástrofe.


Ron McLarty elige que Smithy sea un personaje sencillo, nada pretencioso e incluso retraído. Esta característica hace que nos caiga bien de inmediato. La acción fluye suavemente y con naturalidad. Un gran acierto del autor es que no deja que el tono agradable del libro se torne en demasiado almibarado y sentimental, hecho que hubiese arruinado su lectura. Una Historia en Bicicleta es un canto a las nuevas oportunidades, a la evolución personal y la aceptación de los errores. La descripción de los efectos de la enfermedad mental en una familia es sencillamente devastadora, los capítulos dedicados a su hermana, Bethany, son sobrecogedores y de una tristeza latente como claro reflejo de la pesadilla que describen.


Durante el transcurrir de la novela vienen a la cabeza nombres como Jack Kerouack, Ignatius J. Reilly y Holden Cauldfield y, aunque sea de refilón, recordar esos nombres habla muy bien de este libro.

Ron McLarty en la Wikipedia

Recomendación: 

Visitar bibilotecas y elegir libros desconocidos. Puedes equivocarte pero seguro que encontrarás tesoros.
Mientras escribía esta reseña he escuchado a los novedosos Eagulls y me regocijé al escuchar el nuevo disco de los Afghan Whigs, Do the Beast, con un Greg Dully que es uno de los mejores cantantes del rock'n'roll.