En mi última estancia en Barcelona pude acercarme al Mercat de Sant Antoni y deleitarme paseando entre las paradas. Como confeso admirador de Winona Ryder que soy (y estas páginas lo atestiguan claramente), al ver el libro Dormir amb Winona Ryder, de Edgar Cantero, no pude resistirme a llevármelo. El módico precio de 5e reconozco que también me lo puso fácil.
Veintipocos años, recién licenciado sin tener demasiado claro qué hacer salvo que quiere dedicarse a la escritura. Miedo a la linealidad laboral. Sin trabajo, sin dinero, sin pareja. Desubicado, desorientado. Perspectiva Reality Bites, le llaman. Como huida hacia adelante decide que se dedicará a escribir relatos basados en sus sueños, cuentos de base onírica. Para ello, duerme siempre con una libreta para anotarlos al vuelo justo en el momento de despertarse.
Conversando con una amiga, se da cuenta de que la musa de sus sueños es nada más y nada menos que la actriz norteamericana Winona Ryder. Rápidamente se obsesiona con esta idea y se marca un objetivo: encontrar la inspiración a través de las impresiones que la actriz deja en otras personas, iniciando una travesía en busca de cualquier persona que la haya conocido para, finalmente y siguiendo la teoría de los 6 grados de separación, llegar hasta ella. Encontrará así la inspiración y, especialmente, una brújula que le marque el camino a seguir?.
El tema principal del libro es la desorientación, la confusión que se apodera de muchos jóvenes al terminar los estudios y tener que enfrontarse a la vida real. Es el tránsito a las responsabilidades de la edad adulta y eso provoca dudas y miedos. Esta incertidumbre le permite establecer un paralelismo con el argumento de la película Reality Bites, otorgándole coartada para incidir en vida y milagros de la actriz de Minnesota, protagonista de la misma.
La novela tiene 2 grandes lastres; el primero de ellos es su protagonista. Es un niño de papá consentido -deja un trabajo porque le aburre-, pedante (como todos los de Humanidades, según él mismo dice en la novela -sobre esto tendríamos mucho que discutir-) y sus motivaciones son aleatorias y un tanto absurdas. El segundo y más importante es la poca verisimilitud de la trama: tiene una revelación, forzada y ligeramente ridícula, y a partir de ahí desencadena la acción encaminando su vida hacia su consecución. Sin premeditación y, casi, sin medios. La historia es tan efectista como poco consistente; una sucesión de episodios en que el protagonista obtiene lo que quiere casi sin esfuerzo hasta que al final, llega a un callejón sin salida del que le rescata un Deus ex Machina sonrojante (ahora viene cuando está basado en una historia real y me tengo que callar). En la estructura de la novela también hay 2 puntos que juegan en contra suyo: el primero es que cada capítulo empieza con un sueño del protagonista y con el paso de las hojas, cada vez aportan menos y resultan más pesados de leer. El segundo es la saturación de información sobre la vida y carrera de la actriz llegando a ser indigesta. Y lo dice un fan.
A pesar de esto, es justo destacar que el vocabulario de Edgar Cantero es muy rico y preciso y, cabe destacar un capítulo en concreto: el número 5, TAO. Un capítulo repleto de humor delirante que provoca más de una carcajada. El mejor momento del libro, con mucha diferencia. Una auténtica lástima que no haya reincidido en absoluto por este camino durante el resto de la novela.
Dormir con Winona Ryder de Edgar Cantero me ha decepcionado. La trama me parece forzada e inconsistente y el desarrollo de la narración acaba produciendo cierta sensación de pesadez, en parte por la pedantería del protagonista. No ha sido el libro que me esperaba aunque con la cantidad de premios que ha ganado, seguro que el equivocado soy yo.
Edgar Cantero en la Wikipedia
Recomendación:
Queda't a casa! Quédate en casa! Stay At Home! y lee.
Cuando se pueda; ir al Mercat de Sant Antoni.
Comprar libros en librerías, a ver si este tiempo de confinamiento despierta alguna conciencia.
Mientras escribía esta reseña he disfrutado del magnífico 1984 de Soma 101, excelente post-punk desde el País Vasco. Me ha sorprendido The New Abnormal de The Strokes, estimulante cuando ya no daba un duro por ellos y me han encantado las versiones que realiza Mourn en Mixtape.
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