martes, 11 de febrero de 2014

Carlos Zanón- Yo fui Johnny Thunders. Una crítica.





La adquisición de este libro tiene su historia. Después de algún que otro intento fallido  al fin pude ir a la referencial librería Negra y Criminal en La Barceloneta. Precisamente ese día, Carlos Zanón presentaba su nueva novela -Yo fui Johnny Thunders-. Después de un buen rato de divagar y disfrutar ante los abarrotados estantes de la librería, el mencionado libro cayó en mis manos y abrirlo y encontrar la letra de Debaser de los grandísimos Pixies fue decisivo para que me la llevase conmigo.


El protagonista de la novela, Francis/ Mr. Frankie,  vuelve a su barrio después de muchos años. Envejecido, derrotado y expulsado de su sueño de estrella del rock. Sueño consumido a pesar de alcanzar su momento de gloria. Sueño roto porque Mr. Frankie quemó su vida a golpe de jeringa, alcohol y su propia inconsciencia.


Francis vuelve hecho un despojo al piso de su padre, ahora ya septuagenario, tratando no de empezar de nuevo sino simplemente de lograr ponerse en marcha. Una vez fue alguien, tocó con Johnny Thunders, y ahora ya no queda nada de todo aquello, de hecho casi tampoco queda nadie, todos se quedaron por el camino o se apartaron de él.


En este momento, su mundo solo lo conforman sus recuerdos y su padre, así que trata de ampliarlo recuperando su relación con su hermanastra, Marisol, una chica cañón que está liada con un viejo propietario de un casino, y algunos viejos amigos de tiempos mejores. A la vez tratará de recuperar la relación con su hijo adolescente y explicarle por qué le ha fallado tantas veces como padre.


Marisol le consigue un trabajo y por primera vez, Francis, puede emprender el camino de la redención. Pero conseguir esta redención es complicado cuando todas sus cartas y las de los que le rodean están marcadas por la derrota e imposible cuando ésta se alía con los fantasmas del pasado, siempre dispuestos a alcanzarles y ahogarles.


Carlos Zanón nos ofrece una novela dura y desesperanzada y en este tono nos narra con detallada concreción las consecuencias de la gloria efímera, las drogadicciones varias y el egoísmo. Todo ello enmarcado en una Barcelona de barrio pobre muy lejos de las postales turísticas oficialistas.


El libro se devora con rapidez gracias a su estructura de capítulos cortos en los que se entremezcla la actualidad de Francis/ Mr. Frankie con algunos flash-backs de su pasado. El ritmo del libro es muy vivo y las constantes referencias musicales le confieren mucho atractivo y ayudan a este ritmo frenético y adictivo. El escritor destaca en el manejo de la tensión; contenida y creciente durante toda la novela hasta desbocarse en los capítulos finales. También destacaría la coherencia en el desenlace de la historia, guardando el autor alguna sorpresa para las últimas páginas del mismo.


En definitiva, una gran novela con la que he disfrutado muchísimo a pesar, o gracias, a su tono sombrío.



Carlos Zanón en la Wikipedia

Recomendación: 

Indagar en los libros anteriores de Carlos Zanón. Doolittle de Pixies y ya puestos toda su maravillosa discografía, estamos hablando de uno de los grupos más importantes de los 90 junto a Nirvana, Sonic Youth y Dinosaur Jr. 
Visitar la librería Negra y Criminal, no solo por los libros sino también por lo bien que tratan.

Negra y Criminal 
Mientras escribía esta reseña he escuchado el referencial y magnífico Doolittle de Pixies, el sorprendente Grow Up de los rusos Manicure y el divertido y saltarín Ga Ga Ga Ga Ga de Spoon.

2 comentarios:

  1. Me gusta ese matiz de "a pesar (o gracias) de su tono sombrío". Que parece que un libro no puede ser bueno si no es alegre o tiene un final feliz ;) Vengo viendo maravillas de este libro y aunque los personajes con drogadicciones me suelen alejar un poco, no me va a quedar más remedio que hacerme con este. Las referencia musicales también son un extra ;)

    Besos

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  2. Ana, si te sirve mi recomendación; lánzate a por él. No creo que te defraude y puede que llegue a apasionarte. Además recordarás las ganas que tienes de escuchar a los Pixies.

    Besos.

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